El verano es un buen momento para recuperar lecturas atrasadas. Es más que un tópico. Y si para aprender a dominar el ajedrez no basta una vida, para leer los libros dedicados a nuestro juego favorito harían falta cientos de ellas. No hay ningún otro juego o deporte, ni siquiera el fútbol, sobre el que se editen más títulos, también en castellano. Aprovecho para recuperar varias reseñas que tenía pendientes sobre libros con los que los lectores disfrutarán y aprenderán a un tiempo. Los autores sabrán perdonar el retraso.
«Aprende a hacer trampas al ajedrez», de Nicola Lococo. El peón espía.
El profesor Nicola Lococo es uno de mis autores favoritos. Ya hemos hablado por aquí de algunos de sus títulos. Destaca por su originalidad, es ameno y conoce muy bien los secretos del juego. También cómo transmitirlos. Lleva dando clase desde 1984, cuando muchos de vosotros no habíais nacido. En este libro, de provocador título, nos explica que «para jugar bien al ajedrez, es perentorio aprender a hacer trampas; y cuantas más, ¡mejor!». En realidad, Lococo no nos invita a ser unos fulleros, algo especialmente odioso en nuestras amadas 64 casillas, sino que nos inicia en el noble arte de tender celadas, trampas legítimas e incluso nobles, con las que el rival –le copio la expresión– «morderá primero el anzuelo y, después, el polvo».
Lo que sí hace Nicola Lococo es hablar de la necesidad de ser un poco pillo. Para ello recopila cientos de celadas, las ordena, clasifica y filtra –con su privilegiado tamiz–, les pone nombre e incluso les otorga unos valores numéricos para evaluar la dificultad táctica y la probabilidad de que el rival caiga en la trampa. Cualquier profesor de ajedrez encontrará en sus páginas inspiración e innumerables ejemplos con los que mejorar las habilidades de sus alumnos.
Lo «peor» del libro es que una vez empezado, cuesta dejarlo. También se puede abrir por cualquier página al azar, «como si fuéramos ingleses», o buscar las trampas ocultas en alguna apertura concreta. Una virtud más, que no la última, es que es de esos libros de ajedrez que se pueden disfrutar en cualquier sitio, sin necesidad de tener un tablero. Muy recomendable también el blog de Lococo, disponible en este enlace.
«Jugar al ajedrez. Manual de iniciación para niños y jóvenes». Antonio Gude. Oberon
El maestro Antonio Gude es un prolífico escritor y periodista, además de un excelente traductor que destaca por su erudición. Lo sabe todo de los grandes maestros del pasado y no se le escapa nada de los del presente. Es además un consumado profesor. Hablar con él de ajedrez, de cine o de literatura es una de las cosas que más echo de menos de nuestros escasos encuentros a lo largo de los últimos años.
En este libro (no me atrevo a utilizar el adjetivo de último debido a su facilidad para la escritura), Gude enseña a jugar al ajedrez desde cero. Lo más destacado de esta obra es su claridad expositiva y visual, con unos diagramas abundantes y claros, en un libro muy bien editado. El texto es breve y preciso, asequible para cualquier lector. Además, lo abarca prácticamente todo sobre este juego casi infinito en apenas 200 páginas de tamaño generoso. Es una obra inmejorable para iniciarse. Difícil aprender más con un solo volumen.
Quien quiera leer y saber mas de Antonio puede visitar su excelente página web, en este enlace.
Ajedrez para padres y educadores. David Llada. Oberon
Periodista y fotógrafo de enorme prestigio –atentos a la publicación de su libro «Pensadores»–, David Llada encuentra un nuevo enfoque para aprender a jugar al ajedrez o, mejor dicho, para aprender a enseñarlo.
Cuántos padres no se habrán encontrado en la tesitura de iniciar en el ajedrez a sus hijos, que a lo mejor incluso han demostrado ya alguna predisposición, pero no se atreven porque consideran que les faltan conocimientos. Este libro es una guía perfectamente estructurada para avanzar paso a paso. Aprenderán los mayores y sobre todo los niños, que pronto superarán a sus maestros. Para ellos es un trampolín que los animará a volar hasta donde quieran.
David también dispone de su propia página web, en la que destacan sus excelentes fotografías, realizadas en decenas de países distintos. Pincha aquí para llegar a ella.
«Aprendiendo ajedrez en el Perú y el secreto del zugzwang en Machu Picchu». Luis Alberto Arcos Salazar
El profesor e ingeniero Luis Alberto Arcos Salazar también habla de aprendizaje en su libro, una de las obras dedicadas al ajedrez más difíciles de clasificar que he leído, empezando por su larguísimo título. En sus casi 400 páginas no deja casi ningún aspecto por tratar. Las primeras están dedicadas a Atabalipa, más conocido como Atahualpa, quien ya por el siglo XVI mostraba una destreza inusual en el juego y una curiosa propensión hacia el estilo hipermoderno, aunque este concepto nació siglos más tarde. Los españoles, por cierto, no salen muy bien parados por el trato que dieron a este «hombre de mucho valor» (significado de su nombre), de quien podemos ver incluso alguna instructiva partida.
Pero el libro no se queda ahí. También nos habla de los primeros tableros aparecidos en el mundo, de los mejores jugadores peruanos (no solo del grandísimo Julio Granda y de su predecesor Orestes Rodríguez), del ajedrez femenino, de los entrenadores más brillantes, de las jóvenes promesas, de lo que debe aprender un ajedrecista… y del zugzwang, uno de los conceptos más interesantes del ajedrez, que protagoniza una buena selección de partidas. A mi amigo Daniel Muñoz (próximo autor citado) le gustaría sobre todo este capítulo. «Aprendiendo ajedrez en el Perú…» ofrece además numerosas partidas comentadas prácticamente de todos los grandes campeones.
«El método zugzwang». Daniel Muñoz y Herminio Herráiz
Una de las grandes sorpresas del panorama editorial ajedrecístico es este manual escrito por mi compañero de equipo Daniel Muñoz, en colaboración con el gran maestro Herminio Herráiz. Todo un éxito de ventas en Amazon, sus autores aspiran a dotar a los lectores de las herramientas necesarias para mejorar su juego.
Al contrario de lo habitual en los libros de ajedrez, abundan las partidas de jugadores aficionados o con puntuaciones Elo relativamente bajas. Esto es mucho más instructivo de lo que cabría pensar. Su mirada hacia el ajedrez es también distinta. Intenta que empecemos a pensar de otra manera ante el tablero, que corrijamos vicios e incluso que desaprendamos muchos de nuestros conocimientos previos.
«El método zugzwang» es una valiosa guía práctica, más que teórica, que incluye aspectos psicológicos y todo un método de entrenamiento. No se detiene demasiado en ningún apartado del juego, pero ayuda a mejorar en casi todos. Es un punto de partida hacia el siguiente nivel, un innovador trampolín que mejorará el juego de quien se tome en serio su propia preparación.
«Ajedrez esencial: curso de táctica». Edami
Si hay una forma rápida de mejorar en ajedrez, al menos hasta determinados niveles (pero es válido incluso para los mejores) es hacer ejercicios de táctica o, dicho de otra manera, resolver problemas, como los que publica ABC a diario. La inmensa mayoría de las partidas entre aficionados se deciden por detalles tácticos. Incluso cuando uno es superior desde el punto de vista estratégico, si no sabe rematar su ventaja perderá o dejará escapar medio punto.
Este libro, editado por la escuela del gran maestro Miguel Illescas, contiene decenas de posiciones extraídas de partidas reales y las agrupa por temas, con una dificultad creciente, para terminar con unos cuantos ejercicios para asentar los conocimientos adquiridos. El método es perfecto para dominar los distintos «trucos» (clavada, extracción del rey, desviación, ataques dobles, diversos tipos de mate…) que forman parte del arsenal de cualquier buen jugador. Es muy difícil «inventar» algunos de ellos en plena partida si no se conocían antes.
Este libro también se puede leer sin tablero y alterando el orden natural de los capítulos. Ningún minuto invertido en su lectura será una pérdida de tiempo.
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