El jugador de origen iraní Alireza Firouzja, que juega bajo bandera de la FIDE, pareció no acusar los nervios de enfrentarse al campeón del mundo en la primera ronda del Tata Steel Tournament, en la ciudad holandesa de Wijk aan Zee. El jovencísimo gran maestro se defendió con maestría con las piezas negras, esperando su momento. Lo tuvo, pero ahí demostró que todavía le falta curtir su carácter para aprovechar las oportunidades. Ajedrez tiene de sobra.
Magnus Carlsen, en su línea, siguió presionando incluso cuando la posición estaba objetivamente seca. Hay que agradecerle al número uno que nunca se conforme con las tablas, pese a los evidentes peligros que tiene su ambición. Magnus coge una piedra, la exprime con sus manazas y cae un punto en forma de gota. Lo hemos visto una y otra vez.
Firouzja no es una piedra cualquiera, sin embargo. Es un diamante bastante pulido, capaz de ganar a cualquiera a una edad en la que solo Bobby Fischer era capaz de brillar entre los mejores de forma consistente. Objetivamente, la jugada 30 de Carlsen fue un error que lo dejó en una posición inferior, pero suficientemente complicada para que su rival no fuera capaz de orientarse.
No hay nada más difícil que defenderse en ajedrez. Alireza está hecho de otra pasta, pero es casi imposible mantener la sangre fría en los apuros de tiempo ante un ataque desesperado de un jugador como Carlsen. Al final, cayó en una de las trampas y se dejó el punto entero.
David Antón, por su parte, lo ha pasado muy mal casi desde la apertura, una catalana en la que el polaco Radoslaw Wojtaszek, con más Elo que él, supo buscarle las cosquillas. Las máquinas daban igualdad, pero para un mamífero la situación de las negras era realmente incómoda. Antón gastó mares de tiempo buscando la disposición ideal de las piezas y, con la indispensable ayuda de su rival, al fin y al cabo otro humano, remó hasta llegar a un final con peón de menos, pero esta vez sí cómodo para entablar. Al final, se firmó el armisticio después de 68 jugadas.
El indio Pentala Harikrishna, por su parte, apretó al francés Maxime Vachier-Lagrave, pero no pudo doblegar su defensa Najdorf de la siciliana. La partida más sosa del día es el duelo entre Andrey Esipenko y Jan-Krzysztof Duda, tablas después de solo 30 jugadas. Mucho más interesante ha sido la fina victoria del sueco Nils Grandelius contra el alemán Alexander Donchenko, incorporado a última hora al torneo.
En otra partida muy interesante, Giri-Tari, el holandés demostró que no solo sabe hacer tablas y que la experiencia, jugar con blancas, el Elo y hasta el orden alfabético sirven para algo. Primero frenó la avalancha de peones del noruego y luego encontró los resquicios de su muralla. Una coz de su caballo dio el golpe definitivo para que se derrumbara. Muy valiente el compatriota de Carlsen, sin embargo, en una jornada en la que el espectáculo llegó de Noruega. Por último, Fabiano Caruana porfió contra otro holandés, Jorden Van Foreest, que se defendió como un jabato ante el número 2 del mundo.
Así fue la victoria de Carlsen:
Magnus Carlsen (Noruega)-Alireza Firouzja (FIDE)
El error decisivo del negro fue Af7 en la jugada 35. Era mejor llevar elrey a h8 y aguantar el chaparrón, con una posible victoria en el horizonte. Magnus vio la solución casi al instante. Con su nuevo sacrificio en h6 la defensa de Firouzja saltó por los aires.
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