Hizo tablas contra Magnus Carlsen, en la partida marcada en rojo en su calendario, y no terminó el último. Eso sí, como pronosticábamos en la crónica previa al torneo, tuvo problemas con el ratón, que le costaron una partida. Garry Kasparov puede que sea el mejor jugador de la historia y, a los 57 años, todavía es uno de los más competitivos del planeta.
En el torneo organizado por el club de ajedrez San Luis, el Chess 9LX, su actuación fue de más a menos. El oso está mayor, pero no acabado. En la lucha frente a frente, aún puede aplastar a cualquiera. En cuanto la carrera se prolonga durante varios días, ni siquiera el «hijo del cambio» puede vencer al tiempo. Su balance final es de una victoria, tres derrotas y cinco tablas, muy meritorio para un señor jubilado hace 15 años.
Después de lo que sufrió la segunda jornada, el mito cambió de estrategia, una vez que vio que dar la campanada era imposible: «Me tenía que recuperar del desastre de ayer y opté por jugar un ajedrez muy sólido». Explicó en una declaraciones recogidas por Chess.com. Tres tablas certificaron que con esa actitud es difícil tumbarlo. Garry también desveló que había jugado partidas de entrenamiento con Svidler antes del torneo y que en la preparación su nivel era aún mejor. Incluso él notó la presión: «Es más difícil cuando sabes que la gente te está mirando», admitió.
Al final, los vencedores fueron una vez más Hikaru Nakamura y Magnus Carlsen, quienes agradecieron no tener que celebrar un Armageón de desempate. Lo que desea el público sigue siendo lo de menos. Lograron 6 puntos en nueve partidas, lo que denota la igualdad reinante. A medio punto de ellos se situaron Levon Aronian, recuperado de la tragedia vivida hace poco, y Fabiano Caruana. Por detrás quedaron Wesley So, con 5 puntos, Leinier Domínguez y Maxime Vachier-Lagrave con 4, y Kasparov con 3,5. El ahora ciudadano estadounidense, que juega con la bandera croata para poder moverse por el mundo, acabó por delante de Peter Svidler (3) y Alireza Firouzja (2,5), quien pagó la novatada en esta modalidad de ajedrez en la que se sortea la posición de las piezas.
Sobre los fallos de ratón, Kasparov no fue la única víctima. Svidler también sufrió un «mouse slip» contra Carlsen, aunque los 44 años del ruso quizá terminen de demostrar que los jugadores más viejos son más propensos a estos accidentes.
La emoción se mantuvo hasta el final, por otro lado, y tanto Carlsen como Nakamura desaprovecharon la oportunidad de ganar en solitario, porque ninguno fue capaz de imponerse en la última partida.
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