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Judit Polgar roza una proeza histórica ante el número uno

Federico Marín Bellón el

Judit Polgar tuvo ayer contra las cuerdas a Magnus Carlsen, que presumía antes de su duelo mexicano de no haber perdido nunca contra la mejor ajedrecista de todos los tiempos. La húngara, que llegaba dispuesta a hacer historia y reeditar su triunfo de hace dos años, tumbó al número uno del mundo en el primer asalto. Con solo una partida a ciegas para recuperarse, otro espectacular combate con los ojos vendados, la monumental sorpresa flotaba en el aire.

Judit Polgar y Magnus Carlsen, vendados y en el momento de la verdad. Detrás de ellos, sus ojos ante el tablero, Olga Alexandrova y Sopiko Guramishvili

Judit Polgar jugaba con blancas y le bastaban unas tablas para dar la campanada. Al final, el noruego sacó su carácter, salvó el punto decisivo y luego se impuso en las dos partidas relámpago de desempate. No sabemos cuántos años pasarán antes de que una mujer vuelva a tener tan cerca la victoria en un encuentro a más de una partida frente al número uno del mundo.

El mérito de la menor de las hermanas Polgar, en cualquier caso, fue enorme. Pese a estar en una posición difícil, supo enredar a Carlsen en las complicaciones tácticas y lo derrotó en el intercambio final de golpes. La jugadora mantiene su pegada, a los 36 años. ¡Lleva entre los mejores del mundo más años de los que tiene Magnus! El genio noruego, por su parte, volvió a demostrar que no se viene abajo con ninguna derrota. Nunca hay que darlo por muerto.

La magnífica jornada de clausura de la Segunda Gran Fiesta Internacional de Ajedrez UNAM se completó con una emocionante final entre la española Olga Alexandrova y la cubana Lisandra Ordaz. Ambas hicieron tablas en sus dos partidas rápidas, volvieron a empatar las relámpago de desempate y llegaron al llamado Armageddon (con el fin del mundo maya a la vuelta de la esquina): las blancas tienen cinco minutos, uno más que las negras, pero están obligadas a ganar.

La española Olga Alexandrova derrotó en la final femenina a la cubana Lisandra Ordaz por un solo segundo

En una partida llena de nervios, a Ordaz se le terminó el tiempo justo cuando su rival hacía una jugada ilegal, con la que habría perdido la partida. Si la cubana hubiera efectuado su última jugada unas décimas de segundo más rápido, la campeona del torneo de grandes maestras sería ahora ella. Quién sabe si el hecho de que fuera su cumpleaños y de haberse prometido en matrimonio justo antes de la partida pudo influir en el resultado de una final tan reñida.

Y como perfecto colofón a la fiesta del ajedrez de la UNAM, el rector de la Universidad, el doctor José Ramón Narro Robles, anunció en la ceremonia de clausura que habrá un tercer festival. Una noticia padre para todos los aficionados al ajedrez. Aunque parezca difícil de creer desde España, a un señor mayor que veía la gala a mi lado, un simple aficionado, se le saltaban las lágrimas de la emoción. Las amistades forjadas en estos días tan intensos bien valen derramar alguna más en la despedida. Hasta la próxima.

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