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El infierno de los grandes maestros

Aronian y Vitiukov, destrozados después cometer graves errores en la Copa del Mundo de Ajedrez

El infierno de los grandes maestros
Levon Aronian, en la Copa del Mundo de Ajedrez. Foto: FIDE
Federico Marín Bellón el

El infierno son los otros, como decía Sartre, pero en el ajedrez somos nosotros mismos. No hay deporte más duro. El perdedor se traga las derrotas sin que le esté permitido esgrimir excusa alguna. Ni siquiera le queda el consuelo físico de exteriorizar la frustración más allá de ciertos límites. En la Copa del Mundo que se juega en Siberia se han hecho virales las imágenes de Levon Aronian y Nikita Vitiugov después de perder sus partidas por errores «tontos». También es cierto que ahora cualquiera se atreve a señalarlos, con la ayuda de las máquinas. La forma de hacerlo distingue a los buenos comentaristas de los malos. Por otro lado, con todo esto se ha visto que el nombre de Armagedón no estaba tan mal puesto.

A Aronian no le cuesta decir y hacer genialidades. Hace tiempo expresó bien el dolor que se puede sufrir en un tablero: «Los ajedrecistas son masoquistas, excepto los jugadores de élite, que son sádicos». También dijo otra vez que el ajedrez debería ser «lento y hermoso», pero en los desempates se vuelve rápido y salvaje, que no feo. El armenio perdió contra Maxime Vachier-Lagrave la segunda rápida, después de tres tablas. Fue una partida dramática.

Por supuesto, hubo varios errores, pero el momento critico se produjo en la jugada 38 del negro.

Aquí Aronian tenía varias jugadas que mantenían la igualdad, pero decidió avanzar su peón de la columna h, sin ver que con la sencilla jugada Tf3 el blanco ganaba material decisivo y forzaba el cambio de damas. Con ellas se fueron sus esperanzas. En el tablero de arriba se puede ver cómo siguió el juego.

Todo ello ha reavivado los comentarios sobre la inestabilidad psicológica del gran maestro armenio, a mi juicio no siempre justos. Por desgracia, los ajedrecistas no pueden cometer el menor error. Un delantero que acierte la mitad de sus oportunidades es un genio. En el tablero, 40 jugadas perfectas seguidas de un error lo convierten a uno en un perdedor. O en un blando.

Con todo, casi peor fue lo de Vitiugov, al menos por la duración del castigo. El ruso llegó a la novena partida contra Yu Yangyi, el temido Armagedón, concebido para acabar por las bravas con cualquier empate. El blanco dispone de un poco más de tiempo, pero a cambio está obligado a ganar. Quizá por eso, el chino forzó tanto que en la jugada 9 ya estaba perdido. La guerra de nervios propició numerosos errores, sin embargo, y los más gruesos fueron de Vitiugov, que ni siquiera supo amarrar el empate.

La retransmsión mostró a un Vitiugov hundido por los errores cometidos en la partida decisiva

La jugadora canaria Sabrina Vega se solidarizaba con él: «Qué duro es aceptar que se acabó, que lo tenías en las manos y se escapó sin llegar a comprender bien cómo, sin ser capaz de responder el por qué. Ánimo». Y el ruso se levantaba con la cabeza alta y escribía esto en su cuenta de Twitter. «Este torneo es como la vida; al final, tiene un triste final. Los tipos que nos dejaron pronto son afortunados, los cabezotas luchan hasta el límite, algunos de forma dolorosa. Pero lo que ha pasado aquí también importa y estoy orgulloso del nivel de ajedrez que he mostrado en este torneo (no hoy)». 

El gran maestro y entrenador español (de origen georgiano) Elizbar Ubilava, que comenta las partidas con Leontxo García, remataba las comparaciones entre ajedrez y vida para reflejar lo duro que es una partida de ajedrez: «Ha vivido seis vidas en un día. Es demasiado».

Como el espectáculo deben continuar, los aficionados pueden disfrutar todavía las semifinales, por lo menos hasta mañana:

Ding Liren – Yu Yangyi
Vachier-Lagrave – Radjabov

Ajedrez

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