Federico Marín Bellón el 20 may, 2012 Antes de analizar los hechos (el Mundial de ajedrez acaba de resucitar), no querría pasar por alto las palabras. Boris Gelfand se atrevió el otro día a desafiar a Kasparov, quien había criticado el escaso nivel de la final que se juega en Moscú. «Creo que, no solo en ajedrez sino en la vida en general, la gente da demasiada importancia a las clasificaciones», soltó el aspirante, mientras Anand seguía enrocado en la prudencia. Acto seguido, el número 20 del mundo se sentó y derrotó al vigente campeón, a quien no ganaba desde 1993, hace la friolera de 19 años. Boris Gelfand, quizá pensando: «¿Pero qué ha dicho este tío?». Fotos: Afp El israelí amplió un poco más su respuesta al ogro de Bakú: «La gente está pendiente de qué programas de televisión tienen más audiencia o de cuántos amigos tienen en Facebook, y es divertido. Los mejores programas a menudo tienen malas cifras y es imposible tener miles de amigos de verdad». Ni el Principito. El duelo de Moscú, por cierto, tiene su punto futbolístico: Anand es aficionado al Real Madrid y Gelfand apoya al Barcelona, lo que tampoco tiene la menor trascendencia, aunque algún gurú sabría extraer incluso conclusiones políticas de estas preferencias. Garry Kasparov fue a Moscú a declarar que, por primera vez, el campeón que salga del Mundial no será el jugador más fuerte del mundo, asunto que ya discutimos un poco en esta entrada A partir de aquí, hay números insoslayables: quedan cinco partidas y Anand deberá empezar a arriesgar si no quiere perder el Mundial. Hasta ahora, no ha logrado hacer daño a Gelfand con blancas ni con negras. Ajedrez Comentarios Federico Marín Bellón el 20 may, 2012