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Cien años de Paul Keres, el genio derrotado por las guerras

Cien años de Paul Keres, el genio derrotado por las guerras
Federico Marín Bellón el

Se acaban de cumplir cien años del nacimiento de Paul Keres (1916-1975), probablemente el mejor ajedrecista de la historia que nunca ganó el campeonato del mundo, aunque derrotó a nueve campeones en partidas oficiales, más que ningún otro jugador. Una moneda de dos euros con su rostro ha sido acuñada en su honor, además de un nuevo sello en Estonia, que se suman al billete de cinco coronas que también le dedicaron en su país natal. Su vida fue un compendio de mala suerte. La Segunda Guerra Mundial frustró su duelo por el título con Alekhine por el título. Luego sufrió la invasión soviética que lo obligó a cambiar de nacionalidad. Más tarde también fue utilizado por los nazis y una tercera ocupación de su país por parte del Ejército Rojo terminó por convertirlo en sospechoso del régimen.

Paul Keres, contra un joven Bobby Fischer, en 1959

Paul Keres fue tres veces campeón de Estonia y ganó importantes torneos por correspondencia, modalidad de juego en la que afinó su elegante juego de ataque y su pericia con las aperturas. Ningún otro ajedrecistas ha creado tantas variantes que lleven su nombre, como el ataque Keres de la defensa siciliana. Quizá su triunfo más destacadado fuera el del torneo AVRO de 19348, donde quedó por delante del vigente campeón mundial, Alexander Alekhine, de los excampeones Capablanca y Euwe, del futuro campeón Mijail Botvinnik y de tres figuras como Reuben Fine, Samuel Reshevsky y Salo Flohr. Al ganar aquella competición se ganó el derecho a retar al campeón, pero la guerra frustró su esperado duelo con Alekhine.

La «mala suerte» (por llamarla de alguna manera) fue una constante en su carrera. La invasión soviética de Estonia en 1940 lo convirtió en ciudadano soviético a la fuerza, aunque al menos eso le permitió ganar tres veces el campeonato de la URSS. Un año más tarde, los nazis ocuparon su país y tuvo que jugar torneos organizados por el Tercer Reich, incluido uno que ganó en Madrid en 1944. Después de aquella evidente utilización propagandística, el Ejército Rojo expulsó a los alemanes de Estonia y Keres fue acusado de traición y tratado como un ciudadano sospechoso, sin el menor fundamento.

Keres, en 1969

En 1948, en una nueva oportunidad de conseguir el Mundial, solo pudo ser cuarto en el torneo que se celebró entre La Haya y Moscú tras la muerte de Alekhine. Botvinnik, un trabajador incansable sin el talento del estonio pero favorito del régimen, se proclamó campeón. Fue una liga a cinco vueltas entre los mejores del mundo, sobre la que siempre ha sobrevolado la sospecha. Keres perdió sus cuatro primeras partidas contra Botvinnik y le ganó la quinta, cuando ya estaba decidida la clasificación, lo que incrementó las sospechas de que había actuado presionado por el Kremlin. Luego, hasta en cuatro torneos de Candidatos terminó segundo, en 1953, 1956, 1959 y 1962, sin llegar a disputar ni una partida por la corona, siempre tan cercana e inalcanzable a la vez.

Keres murió de forma inesperada en Helsinki, a los 59 años, cuando regresaba de un torneo en Vancouver, que también ganó, por delante de Spassky. Un ataque al corazón frustró definitivamente todas sus esperanzas. Pese a sus reveses deportivos, era una leyenda y uno de los jugadores más queridos, como demostró el hecho de que más de 100.000 personas acudieran a su funeral en Tallin.

Una imagen del impresionante entierro de Keres en Tallin, con más de 100.000 asistentes

La Wikipedia cita una frase con la que explicó el gran drama de su vida: «Tuve mala suerte, igual que mi país». Como autor de libros, también tuvo una calidad excepcional. Mi favorito es «Finales prácticos», una guía imprescindible para orientarse en las partidas, cuando quedan pocas piezas sobre el tablero.

Estos días se disputa en Tallin un fuerte torneo en su memoria, el Memorial Keres, que celebra su edición número 25 y cuenta con la participación de grandes maestros tan destacados como Peter Svidler, Igor Kovalenko, Boris Gelfand, Pavel Eljanov, Alexandra Kosteniuk y Pia Cramling, entre un total de 178 jugadores.

La FIDE ha declarado 2016 el año de Paul Keres. En 2000, Estonia lo eligió como el deportista del siglo. De la moneda de dos euros con su rostro se ha fabricado medio millón de unidades. Con un poco de suerte, algunas podrían acabar en nuestro país. Cinco mil de ellas tendrán una calidad especial y se venderán a los coleccionistas por un precio de diez euros. Si alguien está interesado, puede conseguir los sellos y las monedas en este enlace.

 

 

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