Federico Marín Bellón el 26 abr, 2010 Definitivamente, Anand y Topalov no parecen necesitar la regla de Sofía. La agresividad de ambos ajedrecistas es suficiente para proporcionar espectáculo. Aquí no ha venido nadie a hacer turismo. Hay que remontarse a 1961 para encontrar un Mundial en el que los finalistas se repartieran una victoria cada uno después de solo dos partidas, sin ningunas tablas. Tras su derrota, el indio escogió una apertura engañosamente tranquila, la catalana (no le busquen implicaciones tripartitas, que no las tiene) pero al igual que hizo su rival el día anterior, sacrificó muy pronto un peón a cambio de mayor actividad en sus piezas. El materialismo ha muerto. Viva Anand y viva Topalov. Veremos cómo encaja ahora el búlgaro el nuevo giro de la tortilla. Quizá debería replantearse su afición a mover demasiado rápido en algunas posiciones, error que ya cometió en su duelo con Kramnik. En cualquier caso, ojalá que el día de descanso no enfríe los ánimos. Ajedrez Tags AnandMundial de ajedrezTopalov Comentarios Federico Marín Bellón el 26 abr, 2010