Hace años –décadas, incluso–, se organizó en el Metro de Madrid un torneo de ajedrez que dejó pasmados a los viajeros. En mitad de un andén, ajenos al ruido de los trenes, los participantes cavilaban ante los rostros sorprendidos que asomaban por las ventanillas. Apenas les daba tiempo a ver unas pocas jugadas de refilón, salvo el aficionado auténtico que no podía resistir la tentación de apearse antes de tiempo para disfrutar algunas partidas suburbanas. Aquella iniciativa no cuajó, por desgracia, al contrario que el Festival de Ajedrez Arturo Soria Plaza, que acaba de celebrar su séptima edición.
El ganador, digan lo que digan las crónicas, fue el jugador Manuel Álvarez, de 96 años, que sacaba noventa a algunos participantes. En el otro extremo del calendario, Lin Yingrui ganó el torneo infantil, por delante de jugadores con mucho más Elo. Javier Vallejo, por su parte, se impuso por segundo año consecutivo en el torneo Fischer o Ajedrez 960, una modalidad en la que se sortea la posición de las piezas. Por último, Lucía Pascual y Jesús Garrido se llevaron el torneo mixto por parejas.
En la competición principal, de partidas rápidas, se impuso el gran maestro gallego David Lariño, un jugador especialmente peligroso cuando el tiempo escasea. Con 7 puntos, medio menos que el vencedor, quedó el maestro internacional venezolano José Rafael Gascón, quien superó en el sistema de desempate al MI Pablo Almagro y al maestro FIDE Daniel Taboas. En este enlace se pueden consultar todos los resultados.
Aunque solo me interese a mí y a mis chicas, yo volví a la arena con una aceptable actuación, pese a la decepción de las dos últimas partidas. Terminé con cinco puntos de ocho posibles, con la circunstancia eximente de tener que lidiar con cuatro maestros, dos internacionales y dos FIDE, que quedaron todos ellos entre los 15 primeros clasificados. A uno lo derroté con algo de fortuna, mientras que contra el MI ruso Boris Slotnik, muy conocido sobre todo por su labor docente, tuve ocasión incluso de conseguir algo más. Por desgracia, al final venció el mejor. Le agradezco su paciencia posterior para analizar la partida, que para él era una entre un millón.
Hubo mucho más ajedrez entre las tiendas del centro comercial. El GM Miguel Illescas dio una charla sobre las fortalezas, de las que ya hemos visto algunas ideas en una entrada anterior del blog, mientras que Olga Alexandrova, campeona de España y de Ucrania, ofreció unas simultáneas frente a una treintena de aficionados. Solo Antonio Baltasar logró vencerla, según cuenta el director del festival, Eduardo López, en la revista «Peón de Rey».
De forma paralela, en el centro comercial se habilitó una zona infantil en la que varios monitores jugaban y enseñaban a los niños. También hubo cuentacuentos y se podía dibujar, además de utilizar un ajedrez gigante. Me consta que los pequeños asistentes se lo pasaron bien.
Ajedrez