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Las acciones de Carlsen se disparan

El grupo Play Magnus, que incluye empresas como Chess24 y Chessable, debuta con éxito en la Bolsa de Oslo

Las acciones de Carlsen se disparan
Magnus Carlsen. Foto: Magnus Carlsen Chess TOur
Federico Marín Bellón el

Decía Unamuno, en una fase baja de su relación de amor-odio con el «vicio» del ajedrez, que «la mayor pericia en el juego no coincide necesariamente con la mayor inteligencia». Casos se han visto que corroboran las palabras del autor salmantino, pero no parece el caso de Magnus Carlsen, antiguo niño prodigio y el número uno del mundo más precoz de la historia. 

A los 29 años, el noruego es además una máquina de ganar dinero. Cotizado modelo publicitario, Carlsen tiene aún más futuro como empresario. Es fundador y embajador del grupo Play Magnus, fundado en 2013, el mismo año en que se proclamó campeón del mundo. Sus ramificaciones se han ido ampliando y la compañía acaba de salir a Bolsa en el mercado de Oslo. La oferta inicial de acciones se cubrió enseguida y tuvo que ser ampliada, según informa en su página web el grupo, que presume de haber despertado el interés de inversores noruegos, escandinavos e internacionales de primer nivel.

«Estas inversiones permitirán a la compañía continuar difundiendo el ajedrez a una audiencia más amplia y brindando las mejores experiencias y oportunidades para los aficionados y profesionales del ajedrez», declaró el cofundador y presidente de la junta directiva del grupo, Anders Brandt

En agosto, Play Magnus tenía más de tres millones de usuarios registrados y unos 35.000 clientes de pago en todo el mundo. Play Magnus agrupa a las empresas Chess24 (cuya filial española es de sobra conocida por los lectores), Chessable y CoChess, así como la aplicación para móviles y tabletas Play Magnus. 

Dominado por el bloque soviético durante décadas, el ajedrez siempre fue un juego muy popular pero poco hábil a la hora de generar dinero. El estadounidense Bobby Fischer parecía que podría romper el muro y atraer a los anunciantes, pero su carácter y la histórica «espantada» en 1972 frustró un camino que la Federación Internacional no termina de encontrar, pese a los últimos avances. Magnus siempre ha sabido atraer a los patrocinadores (algunos no del agrado de su Federación) y los Carlsen suelen ir dos jugadas por delante del resto. 

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