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Perú Libre (1/2): ¿qué es?

Perú Libre (1/2): ¿qué es?
Sendero Luminoso
Jorge Cachinero el

Perú Libre es un partido político de extrema izquierda, que fue fundado, en 2008, bajo el nombre, inicialmente, de Movimiento Político Regional Perú Libre (MPRPL), por Vladimir Cerrón, con el propósito de concurrir en las elecciones de la región de Junin, de la que éste llegó a ser gobernador, entre 2010 y 2018.

Posteriormente, el MPRPL se transformó en un partido nacional al inscribirse, en 2016, con la designación de Partido Político Nacional Perú Libertario -o, simplemente, Perú Libertario- y, finalmente, adquirir, en 2019, su actual denominación de Perú Libre.

Perú Libre

En 2018, Perú Libertario se unió, en una reunión celebrada en La Habana, Cuba, al llamado Foro de São Paulo o, en sus nuevas reencarnación y denominación, el Grupo de Puebla, la plataforma política que empuja los objetivos del autodenominado, de manera eufemística y taimada, socialismo del siglo XXI, es decir, del castro chavismo, del narco comunismo, en definitiva, del comunismo en el siglo XXI.

Perú Libre, desde su creación en 2019, ha mantenido esa vinculación internacional.

Tanto es así que Perú Libre se define, sin disimulo, como una organización marxista, leninista y mariateguista.

El mariateguismo -que Perú Libre añadió a sus filiaciones marxista y leninista originales- es un nombre tomado en referencia a José Carlos Mariátegui, escritor y activista peruano de las primeras décadas del siglo XX, que desarrolló una ideología que defendía lo que vino en llamarse el comunismo indigenista, es decir, una especie de fusión entre el marxismo y el indigenismo.

José Carlos Mariátegui

Debe destacarse que el secretario general de Perú Libre, Cerrón, médico de profesión, no pudo presentarse a las elecciones de 2021 como candidato presidencial por haber sido condenado y por tener causas pendientes con la Justicia.

Esta fue la razón de la selección final de Pedro Castillo como candidato de Perú Libre para dicho proceso electoral.

Convendría subrayar que Castillo, al contrario de lo que Perú Libre ha querido hacer pensar, no es un recién llegado a la política peruana, ni, tampoco, es un títere de Cerrón, sino que ambos son socios de un mismo proyecto y de un mismo gobierno.

Castillo y Cerrón son las dos caras de una misma moneda.

Vladimir Cerrón (i) y Pedro Castillo (d)

Asimismo, conviene no olvidar que la victoria de Perú Libre en las elecciones presidenciales de 2021 fue contestada por sus rivales al haberse obtenido, según estos, a través de un fraude electoral.

En conclusión, Perú Libre no es un partido democrático y llegó al poder fraudulentamente.

Para terminar de perfilar qué es Perú Libre es significativo señalar que, dentro de su organización, se encuadran otra dos, llamadas CONARE y MOVADEF.

Por un lado, CONARE es una organización sindical de maestros de la que Castillo era su líder y de la que se valió para hacerse con el control del mayoritario Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP).

CONARE

La realidad es que Castillo, por mucho que se reclame como maestro, lleva más de siete años sin entrar en un aula a impartir una clase.

Más preocupante es la presencia, dentro de Perú Libre, de MOVADEF -Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales-, ya que este es el brazo político y legal de la organización Sendero Luminoso, el grupo terrorista más cruel de la historia del guerrillerismo en América Latina y de fanática y sectaria obediencia marxista, leninista y maoísta.

MOVADEF

Es un hecho cierto que, a finales de los años 80 del siglo pasado, la sociedad peruana estaba harta del terrorismo, del comunismo, de Sendero Luminoso y de la, también, guerrilla marxista y leninista del Movimiento Revolucionario de Túpac Amaru (MRTA).

No es de sorprender que así fuera porque el balance de los años que van de 1980 a 2000 fue terrible para la sociedad peruana, dado que fallecieron o desaparecieron, de acuerdo con las estimaciones más rigurosas, entre 61.000 y 78.000 personas por culpa del enfrentamiento violento planteado por el terrorismo comunista contra el Estado.

El consenso social e institucional en Perú contra el comunismo y el terrorismo estaba, sin duda, extendido y compartido.

Ese diagnóstico colectivo coincidió en el tiempo con la caída del muro de Berlín y el hundimiento del comunismo en Europa.

Si bien con medidas y con métodos dudosamente democráticos, el presidente Alberto Fujimori, durante sus años como jefe de Estado, entre 1990 y 2000, cambió la institucionalidad informal de Perú, aprobó la Constitución de 1993, sentó las bases de una economía abierta y de libre mercado, reinsertó a Perú en los mercados internacionales, acabó con la inflación y dotó al país de un sistema democrático, que comenzó a funcionar, con todas sus imperfecciones, a partir de 1995.

Por encima de todo ello, Fujimori padre -su hija Keiko fue la candidata que confrontó a Pedro Castillo en la segunda vuelta de las pasadas elecciones presidenciales en Perú- acabó con el terrorismo en Perú y fue quien capturó, en 1992, al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán -quien falleció, el pasado 11 de septiembre, por motivos de salud, en prisión, cumpliendo su condena a perpetuidad-, quien, a pesar de ello, pronosticó, al ser apresado, que “yo he podido ser detenido, pero mis ideas se volverán a imponer en el Perú”.

Abimael Guzmán

Sin embargo, el legado político de Alberto Fujimori no puede basarse, exclusivamente, en sus éxitos, que fueron numerosos, ya que acabó derivando en una especie de dictador, que, además, cayó atrapado, sin solución, en las redes de la corrupción.

Desafortunadamente, los últimos 20 años de Perú se han utilizado, con la cooperación necesaria y entusiasta de los medios de comunicación, de las universidades y del magisterio en las escuelas, que fueron infiltrados por el marxismo a conciencia, para blanquear y para hacer olvidar a la población peruana qué fue y qué representa Sendero Luminoso y para, simultáneamente, convertir a Alberto Fujimori, y, por extensión, el apellido Fujimori, en la representación de todos los males de Perú.

A ello se unió la incapacidad de los gobiernos de Perú, desde el de Ollanta Humala, presidente de la República, desde 2011 a 2016, pasando por los de los cuatro presidentes que le sucedieron en un período de solo cinco años: Kuczynski, julio de 2016 a marzo de 2018; Vizcarra, marzo de 2018 a noviembre de 2020; Merino, noviembre de 2020; y Sagasti, noviembre de 2020 a julio de 2021.

Así, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú del pasado mes de julio se convirtió, solo en apariencia interesada y de acuerdo con las intenciones de Perú Libre, en una disputa entre la hija de Alberto Fujimori y un pretendido maestro rural modesto.

Keiko Fujimori (i) y Alberto Fujimori (d)

Perú entra ahora en una nueva etapa de su historia tras la culminación, con éxito para el comunismo peruano, de la anterior, al conseguir la elección de un personaje ligado a Sendero Luminoso, Pedro Castillo, 20 años después de la caída de Alberto Fujimori.

En resumen, Perú Libre es un proyecto liberticida que representa la amenaza existencial de la destrucción de la nación peruana misma.

Para ello, en Perú, se ha constituido un gobierno de izquierda radical con un programa perfectamente alineado con la agenda del socialismo del siglo XXI, es decir, del comunismo en el siglo XXI.

 

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