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Perspectiva árabe sobre el porvenir de Siria

Perspectiva árabe sobre el porvenir de Siria
Liga Árabe.
Jorge Cachinero el

La población de Siria, en 2023, es de algo más de 23 millones de habitantes, de los cuales, un cuarto vive, dentro del país, desplazado de sus hogares de 2011 y otros 6,6 millones están refugiados en el extranjero, desde que comenzó la guerra civil en ese año.

Refugiados sirios regresan por la frontera libanesa de Arsal, 28 de junio de 2018.

La participación de Siria en la cumbre de la Liga Árabe que se celebró en Arabia Saudí, en mayo de 2023, formalizó la involucración del mundo árabe en la resolución de la crisis siria.

Desde el comienzo del conflicto en Siria, hace doce años, la reacción de los países árabes a la misma ha pasado por tres fases.

La primera, que duró desde agosto de 2011 hasta enero o febrero de 2012, significó la ruptura abrupta del compromiso árabe con Siria, cuando los observadores de muchos de esos países fueron retirados de Siria.

A continuación, entre febrero de 2012 y diciembre de 2015, el mundo árabe se desenganchó políticamente de Siria, hasta el punto de que la Liga Árabe cedió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a su enviado especial el liderazgo mundial sobre la crisis siria, de tal manera que las naciones árabes fueron marginales al proceso político sirio.

Por último, desde el final de 2015, los países árabes intentaron implicarse, de nuevo, de manera tentativa, en Siria, hasta que lo hicieron de forma intensa, tras el terremoto que asoló a Siria, en febrero de 2023.

Este proceso evolutivo del mundo árabe con respecto a Siria tuvo como hitos sucesivos la Conferencia de Ryad, en diciembre de 2015, el llamado proceso de Astana, iniciado en enero de 2017, del que surgió la idea de crear zonas de desescalada militar en Siria, la Conferencia de Sochi, de enero de 2018, y la formación del Comité Constitucional de Siria, en septiembre de 2019.

La forja de la nueva posición árabe sobre Siria fue gradual y obedeció a dos tipos de razones.

En primer lugar, los países árabes se dieron cuenta de que la continuación del conflicto en Siria podía haber comprometido, en el corto y en el medio plazo, la soberanía no sólo de Siria, sino, hipotéticamente, la de otras naciones árabes.

Como consecuencia de lo anterior, los países árabes, tal y como lo manifestó la propia Liga Árabe, se dieron cuenta de que el colapso del Estado nación en Siria hubiera representado un riesgo inasumible para el resto del mundo árabe.

En la actualidad, las prioridades árabes sobre el futuro de Siria son garantizar el regreso ordenado de los refugiados sirios que se encuentran fuera del país, hacer frente a los remanentes del terrorismo yihadista que todavía están presentes en Siria, reforzar la seguridad de sus fronteras y reconstruir el país.

Militantes yihadistas en Siria.

El trabajo duro y difícil de los países árabes comienza ahora.

Las incógnitas sobre el éxito de su empeño son innumerables, en especial, la de la actitud y el comportamiento que los países occidentales adoptarán en esta nueva fase o la de si el gobierno sirio será capaz de construir un entorno de reconciliación dentro del país.

El trasfondo geopolítico de este proceso se ha complicado sobremanera y habrá que comprobar si el acercamiento entre los países árabes hacia las potencias regionales no árabes, como Turquía o como Irán, continuará y cómo afectará al futuro de Siria el nuevo entorno global, en el que EE. UU. pierde interés por el Próximo Oriente, mientras que China y Rusia acrecientan el suyo, respectivamente.

Sobre todos ellos, el factor que más podría complicar la futura evolución de Siria sería el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024.

 

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