ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs El blog de Jorge Cachinero por Jorge Cachinero

Armas contra espaciales

Armas contra espaciales
Jorge Cachinero el

El mundo vive, desde la caída del muro de Berlín, en 1989, su segunda edad espacial, tras la primera, que se había iniciado a mediados de los años 50 del siglo pasado.

Los factores que definen la era espacial del presente son cuatro.

El espacio se ha convertido en un dominio diverso porque es más internacional, es decir, cuenta con un mayor número de jugadores, más allá de las potenciales globales de la segunda mitad del siglo XX -Estados Unidos (EE. UU.) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), hoy transmutada en la Federación Rusa-, y es más comercial, ya que los actores espaciales no son solo los Estados, sino que los intereses privados y comerciales son más decisivos en su desarrollo.

Al igual que en otros ámbitos de actividad dentro del mundo de los negocios o dentro de la investigación, del desarrollo y de la innovación, el contexto del espacio es disruptivo, ya que cuenta con nuevos entrantes y surgen nuevas misiones comerciales.

Esta efervescencia de actividad y de surgimiento de nuevos jugadores en el entorno del espacio, por el momento, viene acompañada por el desorden, ya que todos los anteriores no cuentan con normas, leyes o tratados, generalmente aceptados, que regulen sus comportamientos.

En definitiva, por todo lo anterior, el espacio es hoy un medio delicado, cuando no, peligroso, porque ofrece dianas jugosas y atractivas al haber proliferado, muy rápidamente, innumerables capacidades militares contra espaciales.

Las armas contra espaciales disponibles hoy por los Estados para poder proyectar y hacer sentir sus capacidades militares frente a las de sus adversarios o de sus rivales se están multiplicando.

El desarrollo acelerado de los sistemas de armas contra espaciales, por parte, por ejemplo, de Rusia o de China, responde a la necesidad de defenderse contra los misiles hipersónicos, que son dependientes de los satélites para su funcionamiento correcto y eficiente.

El término de armas espaciales o contra espaciales incluye bien aquellas situadas en el espacio o bien aquellas localizadas en la Tierra y que son capaces de atacar activos espaciales y armas que viajen a través del espacio exterior.

Es sabido que EE. UU., China, Rusia, Japón, India e Israel están invirtiendo sustancialmente en desarrollar sistemas llamados de golpear para destruirhit-to-kill, en inglés- con el propósito de ser utilizados como armas anti satélitesAnti-satellite weapons (ASAT), en inglés- o como defensa antimisiles.

ASAT

Entre las armas contra espaciales se encuentran, en primer lugar, las armas físico-cinéticas, que intentan dañar o destruir activos espaciales o activos espaciales de base terrestre mediante contacto físico entre el sistema de armas utilizado y el objetivo al que ha sido disparado.

Los ataques de las armas físico-cinéticas son fácilmente atribuibles por parte de quienes los sufren y de sus éxitos se puede obtener confirmación más fácilmente por el atacante.

Estos sistemas físico-cinéticos, a su vez, pueden ser ASAT de ascenso directo, es decir, un misil de mediano o de largo alcance que se lanza desde la Tierra para dañar o destruir un satélite en órbita; ASAT co-orbitales, es decir, ataques a satélites en los que se utiliza otro satélite colocado en órbita para destruir a los anteriores; o armas militares convencionales para atacar a estaciones terrestres de satélites, como podrían ser los misiles guiados, cohetes para ataques de largo alcance o granadas propulsadas por cohetes e, incluso, disparos de armas pequeñas a un rango más cercano.

Las armas físicas no cinéticas contra espaciales consiguen efectos físicos sobre satélites o sistemas terrestres sin necesidad de que se produzca contacto físico entre las armas y sus objetivos e incluyen los pulsos electromagnéticos, los láseres y las microondas de alta potencia.

Estos ataques tienen niveles medio de atribución posibles y, a menudo, proporcionan poca evidencia de éxito al atacante.

Los pulsos electromagnéticos, por ejemplo, podrían ser provocados por una detonación nuclear a gran altitud como una forma indiscriminada de ataque en el espacio, que afectaría a los satélites que estuvieran dentro de su alcance.

Es cierto que este tipo de detonaciones están prohibidas por el Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares, de 1963, ratificado por más de 100 países, pero también lo es que China y Corea del Norte no lo han hecho.

Los ataques mediante láseres de alta potencia, por su parte, pueden dañar permanente o temporalmente componentes críticos de un satélite, especialmente, si son dirigidos hacia su centro óptico, a los que pueden cegar o deslumbrar y dejar, de este modo, el satélite objetivo inhabilitado e incontrolable.

Láser de alta potencia

En el caso de las armas de microondas de alta potenciaHigh-Powered Microwave (HPM) weapons, en inglés-, sus ataques pueden interrumpir o destruir la electrónica de un satélite, utilizando las propias antenas de un satélite -ataque de puerta delantera– o a través de los huecos del blindaje o de las conexiones eléctricas -ataque de puerta trasera– del propio satélite, y, como consecuencia de ellos, dejar los satélites objetivos inhabilitados e incontrolables.

Las armas electrónicas contra espaciales tienen como objetivo actuar en el espectro electromagnético a través del cual los sistemas espaciales transmiten y reciben datos, de tal forma que, en vez de intentar dañar los componentes físicos de los sistemas espaciales, los ataques electrónicos se dirigen a los medios por los que los sistemas espaciales transmiten y reciben datos.

Estas armas están capacitadas para interferir las comunicaciones hacia o desde los satélites mediante bien la generación de ruido en la misma banda de radio frecuencia –Jamming, en inglés- o bien la realización de ataques electrónicos en los que se hace creer al receptor de las señales que estas son reales, cuando, en realidad, son falsas señales –Spoofing, en inglés-.

Por último, las ciber armas contra espaciales tienen como finalidad atacar los datos mismos y los sistemas que utilizan, transmiten y controlan el flujo de los datos y de la información y que, por lo tanto, tienen como objetivos las estaciones terrestres, los equipos y los satélites de sus enemigos.

Estos ataques cibernéticos se pueden utilizar para interceptar datos, corromper datos o tomar el control de los sistemas con fines maliciosos.

A diferencia de los ataques electrónicos, los ataques cibernéticos se dirigen a los datos en sí y a los sistemas que utilizan estos datos.

Los efectos de un ataque cibernético en los sistemas espaciales pueden variar desde la pérdida de datos hasta interrupciones generalizadas y pueden conducir potencialmente a la pérdida permanente de un satélite.

Las armas contra espaciales están cambiando y seguirán cambiando, de forma simultánea al desarrollo tecnológico y al uso de sus aplicaciones, la doctrina militar de las Fuerzas Armadas y la planificación de los conflictos militares del siglo XXI.

Los enemigos ya no serán, ni se comportarán de forma tradicional.

Este cambio es revolucionario por su naturaleza y por su profundidad y su transformación no será solamente militar, sino que, también, afectará a la definición de la estrategia y a la política de las naciones.

 

EconomíaMundoOtros temas

Tags

Jorge Cachinero el

Entradas más recientes