Desconozco el autor de la foto, pero hay que felicitarle. Tampoco sé dónde se publicó. La he conocido vía Twitter, seleccionada por el tuitero Sibenik, que por ese ojo también merece felicitación. Habría que felicitar también a Ramos, porque para una foto así hay que saber posar: es Ramos mirando a Ramos mirar a Ramos…
Es Sergio Ramos frente a un espejo frente a un espejo. Se produce el efecto de reflejo y Ramos se multiplica sugiriendo un infinito de Ramos. Nos lo sugiere él mismo, con seriedad característica: la posibilidad de un Ramos infinito. No solo muchos Ramos, sino todos los Ramos o, mejor, ¡todo Ramos!
Esta foto me parece más interesante que su reality de Amazon. Es más lo que él puede ofrecer. Como cuando pasó de lateral a central. La realidad es poca cosa para Ramos, que es un ser borgiano, con un Aleph de tatuajes. Esta especie de mirarse, esta narcisista infinitud supera el narcisismo quieto de Cristiano (¡de CR7 a SR4! ¡Qué involución como de Renaults hacia atrás es este Madrid!).
Este túnel óptico inacabable tiene algo sobrenatural que incluso podría ser un poco terrorífico. Terrorífico y tentador a la vez. ¿No sucede que mirando la foto queremos ver más? ¿No sucede que querríamos asomarnos al espejo para ver a todos los Ramos que nos estamos perdiendo? Asomarse a ese estanque infinito, a ese Ramos fluvial, sería terrible y mágico a la vez.
La foto solo es mejorable si supiéramos que el fotógrafo, el que sostiene el otro espejo que es el móvil, es René. Si la foto se la hubiera hecho René ya sería maravilloso de un modo casi totalitario porque desearíamos ver la foto que enseña a René haciendo la foto a Ramos mirando a Ramos…
Y el proyecto definitivo sería repetir esta foto pero en el instante mismo de hacer un panenka, de tirar un panenka. ¡Infinitos Ramos tirando infinitos panenkas! Deteniendo el tiempo y a la vez multiplicando el espacio, rompiendo muchas dimensiones, tocando muchas puertas de la realidad. ¿No querías espacio-tiempo, Xavi? ¡Pues toma espacio-tiempo! Ese “infinito de panenkas” sería como un CERN, una máquina muy potente, un agitador de las partículas.