Carlos Maribona el 01 abr, 2009 David Yárnoz, El Molino de Urdániz Enrique MartÃnez, Maher La cocina navarra está en un extraordinario momento de forma. Además, la primavera es un momento ideal por la riqueza de producto que proporcionan las huertas de esa región. Asà que la conjunción de grandes cocineros con productos de primera da como resultado una gran comida. Como la que ofreció ayer el Club Millesime en el Casino de Madrid, donde reunió a cuatro de los cocineros punteros de esa Comunidad: Enrique MartÃnez (MAHER, Cintruénigo); David Yarnoz (EL MOLINO DE URDANIZ, Urdániz); Nicolás RamÃrez (TÚBAL, Tafalla); y Javier DÃaz (ALHAMBRA, Pamplona). Un almuerzo de lujo que tuvo su inicio en los aperitivos, con la crema de calabaza roja con perrechicos y aceite de albahaca de Javier DÃaz; los callos, cocochas y láminas de bacalao de Nicolás RamÃrez; la ensalada de foie, menta y oro de David Yarnoz, o el pimiento de pontigo con migas, queso de Roncal y esferas de olivada de Enrique MartÃnez. El aperitivo sirvió también para catar algunos aceites navarros de calidad, con mención especial para el Abbae de Queiles; y quesos artesanales de esa región con las D.O.P. Roncal e Idiazábal que aportó el experto quesero José Manuel Escorial. La comida, como les he adelantado, un lujo. Nicolás RamÃrez nos trajo desde Tafalla unas verduras increÃbles con las que preparó una ensalada de brotes y yemas de espárrago, verduritas de primavera, patatas y perrechicos. Un plato de diez al que le sobraba, totalmente innecesaria, una vieira que lo coronaba todo. Era difÃcil superar el plato de verduras navarras, sobre todo en primavera, pero Javier DÃaz lo hizo con un huevo trufado con espárragos silvestres e infusión de vino oloroso. Una combinación de aromas y sabores espectacular. No anduvo a la zaga David Yarnoz, uno de los cocineros más prometedores de Navarra, con su lomo de cordero a baja temperatura, flan de salvia y caramelo de cÃtricos. Otro gran plato, con el cordero jugoso, sabroso y delicado a la vez. Curiosamente, lo peor fue el postre, que llegaba de la mano del más consagrado de los participantes, Enrique MartÃnez. Nos habÃa gustado mucho su aperitivo, pero los bombones calientes de chocolate con crema helada de cuajada nos dejaron un poco frÃos. Como es lógico, vinos navarros. En el aperitivo pudimos catar, entre otros, el Dominio de ArÃnzano 2002, el gran vino de los Chivite; y el nuevo rosado de Ochoa, el Lágrima 2007, muy por encima de la media de los rosados. Con la comida, el Inurrieta Orchidea 2007 (viura y chardonnay); el Pago de Cirsus Chardonnay 2005 fermentado en barrica; el Chivite Colección 125 2004 (un vino que nunca falla); y el moscatel dulce de Ochoa 2007 (una auténtica delicia con los postres). Acertado el lema del almuerzo: Navarra, la vanguardia en la huerta. Probablemente el de más nivel (junto al dedicado a Asturias) de cuantos ha organizado Manuel Quintanero hasta la fecha. El listón, cada vez más alto. Otros temas Comentarios Carlos Maribona el 01 abr, 2009