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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Volver a Via Veneto

Salvador Sostres el

Vivir en Barcelona es volver a Via Veneto. Me han fascinado decenas de restaurantes nuevos, cocinas de todos los rincones del mundo, xefs prodigiosos y modas pasajeras. He viajado muy lejos -tanto que más lejos no se puede ir- para conocer un restaurante nuevo. A veces no tan lejos pero igualmente me he dejado mucho, todo el dinero.

Y al final siempre he acabado regresando a Via Veneto. Al agotarse cada huída me he dado siempre cuenta de que el único restaurante que nunca me ha fallado es Via Veneto. Puede que yo sea el último gran cliente de restaurante y seguro que Via Veneto es el único y último restaurante del mundo que sabe dar un trato total a sus clientes. Es fácil de decir pero sólo José y Pedro Monje saben hasta qué extremo tienen ellos y su equipo que ser imaginativos y estar atentos al más mínimo detalle para continuar reinando en su indiscutible cima, a la que es difícil llegar y casi imposible mantenerse, como milagrosamente consigue Via Veneto. Nunca me dijeron que no, nunca nada me fue negado. Su majestuosidad no se basa en ninguna petulancia sino en saberse amoldar a cada cliente como si fuera el único, como si el tiempo fuera el rodeo que Dios hubiera dado para llegar al momento exacto de aquella cena o de aquel almuerzo. En su humildad está su grandeza. Se es cliente de Via Veneto también cuando no se está en el restaurante y basta una llamada para que la casa responda por ti ante cualquier circunstancia.

Comer bien es importante pero los que perdimos El Bulli sabemos lo inútil que es esta frase. A los restaurantes no vamos: estamos, y a partir de una cierta edad, y de unas determinadas urgencias resueltas, lo que por encima de todo apreciamos es una idea del trato que toma forma en las sobremesas longitudinales y ese efecto tan tranquilizador que tienes en Via Veneto de que la vida es un carrusel que gira suavemente a tu alrededor. Evidentemente, se come bien, pero es tan sensacional el aire que te envuelve, la sensación de pertenencia y de ejército que jamás será derrotado, que aunque sólo sirvieran vasos de agua iríamos de igual manera, y seríamos gente que cena vasos de agua.

De entre todo el servicio destaca Hortensio Ramos, que con su temple de otra era y su singularísima expresión de todos los tiempos, resume el espíritu, el ángel, la eternidad de Via Veneto, donde siempre volvemos cuando recobramos la calma, el humor y el imprescindible sentido jerárquico que nos rescata del caos y asienta La Civilización.

Via Veneto
Ganduxer, 10
00 34 932 007 244

Cocina. Los clásicos, 9. Moderneces, 6

Servicio 10

Sala 10

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