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Blogs French 75 por Salvador Sostres

La muerte enroscada

Salvador Sostres el

Sánchez empieza a oler a cadáver. Se empieza a parecer a su muerte. Su rostro se empieza a retorcer y se le enrosca de fondo la figura de la gran rata. Ni siquiera son los socialistas. Ni siquiera es la izquierda. Flota en el siniestro estanque de Bildu y Podemos un cuerpo sin vida boca abajo. Nadie sabe aún quién es, pero yo sé que es Pedro Sánchez.

Estoy disfrutando de este momento. Mentiría si lo negara o si me escudara en el bien de España. Que Sánchez se apague es bueno para España pero esto viene después. Disfruto de este momento porque soy cruel, porque el presidente del Gobierno ha sacado mi parte más deleznable. Querría que su agonía se alargara, que la crisis no le ahorrara ningún momento de dolor. Él creía que era más listo que los demás pero es tan poco inteligente que su propia miseria le ha arrollado.

Puestos a confesar también diré que lo que más me gusta de la izquierda es cuando ella sola se mata. La derecha hacemos lo que haga falta, pero si podemos elegir, preferimos no mancharnos.

Tal vez no soy tan mezquino y la degradación de Sánchez sea el dolor que España necesita para despertar y redimirse. Pero si no sirviera de nada, igualmente querría su sufrimiento y lo disfrutaría como el merecido gran premio que por fin ha llegado.

Me gusta ver cómo se desvanece su falso encanto. Me gusta que Bildu comparezca, me gusta que se haga ilusiones con Ciudadanos. Me gusta que Podemos le vuelva a tumbar cada vez qye intenta levantarse. Me gusta que nadie sepa -él tampoco lo sabe- quién es el tipo boca abajo en el estanque. Me gusta ver cómo se le desfigura poco a poco el rostro al gran farsante, mordisqueado por el gran roedor, ya se adivina pero es aún pálido el reflejo de la figura en su cara.

La mentira. El fraude. La resentida rabia. La oscura raíz totalitaria. Ese revanchismo impostado que encarna la España cuando mejor estábamos. Todo ello cae en la muerte que empieza a esbozarse en la cara y en el aire de Pedro Sánchez. Sucumbe la maldad en su propia maldad ahogada. No hay espectáculo más edificante. La caída de Sánchez será una ofensa reparada. Si te tengo que explicar por qué, no podrías entenderlo.

Simplemente mírale y observa cómo la muerte empieza a enroscársele. Como la serpiente al martillo: yo también sé hacer metáforas. Se hunde Pedro Sánchez, con su cuerpo boca abajo en el estanque y su identidad que aún no ha sido revelada. Se ve a lo lejos pero no se resigna a asumir que él es el cadáver. Vino a por nosotros y la muerte se ha ocupado. Pasa pocas veces. Muy pocas. Imagínate lo cabreado que tiene que estar Dios para haber salido él a recibirle en la puerta, como si fuera el mayordomo. No te pierdas el show. No cada día se asiste a la destrucción categórica de un hombre paso a paso.

Primero vendrá la muerte y luego le meteremos en la cárcel. Flotan flotan los cadáveres.

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