ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs French 75 por Salvador Sostres

La decepción

Salvador Sostres el

Lo que más me duele es la decepción. Me cuesta mucho más que la derrota. Cuando todavía aspiraba a la conquista perder era lo que más me entristecía. Hoy lo que me hunde es ver cómo se desmorona lo que creí indestructible. Sobre tu solidez edifiqué mi vida y es peor que la muerte que hayas acabado empatando con la vulgaridad más previsible. Podemos perdonaros, Golda Meir lo dijo, que matéis a nuestros hijos, pero no que nos obliguéis a matar a los vuestros.

A partir de la edad que ya tengo nada causa tanta sensación de pérdida como que una ventolera arrase tus fortalezas. La decepción es soledad y que se te borren los caminos. La decepción es ansiedad y un solo desencanto te hace dudar de toda la luz. Si todavía eres joven elige bien a tus ídolos de ahora para la sumisa fe de después. Déjate llevar por la emoción pero hazte todas la preguntas. No podemos vivir sin riesgo pero tenemos que usar cada poder de nuestra inteligencia porque si no construimos nuestra vida de materiales nobles se viene abajo sin remedio cuando llegan los años de la resistencia. Ahora puede parecerte una estupidez pero espera a hacerte mayor y viejo. Es increíble lo débil que entonces te sientes si tus estructuras se tambalean.

Soy hijo de padres separados y conozco la intemperie, el Paraíso extraviado, el frío sin metáfora. La sensación de que si la casa se derrumbó cualquier otra arquitectura podría ser incluso más débil. Quizá por ello las decepciones me afectan más que a los que nada importante se les ha roto por la mitad y mi peor pesadilla es que me obligues a lastimar a quien más querría proteger.

Podría sin problema perdonarte la derrota, la soledad, el tremendo ruido que hacen las palabras que ya no se podrán decirse. Pero no sabré cómo mirarte si te hundes en este charco de desprestigio, si vienes a decirme que tu talento era hojalata, si lo que en ti vi de grandeza y generosidad para mantener a salvo las últimas líneas de defensa es al fin no más que arrogancia y resentimiento. Puedo perdonarte que me humilles y me apuñales pero no que me obligues a dejar de admirarte.

Otros temas
Salvador Sostres el

Entradas más recientes