El ñu arremete contra el león y el Rey de la Selva retrocede porque sabe que no es tan fuerte. El león se amilana, se humilla, se retrasa, cede, busca un modo de huir, impotente. Pero de repente el ñu duda, abandona la posición que tenía ganada; el león huele el miedo y ataca y el que se tambaleó no puede correr ni dos metros hasta que su vida o lo que queda ya de ella hay que despedirla con ese magnífico verso de Guillén que cita Lorca en Tu Infancia en Mentón: “Sí, tu niñez, ya fábula de fuentes”. El ñu podía ganar, el ñu tenía argumentos para que el león se fuera con el rabo entre las piernas. Todos podemos ganar. Todos tenemos alguna fuerza, y sobre todo una posibilidad de posición, si sabemos entenderla, ganarla, defenderla permaneciendo aún en pie cuando los demás se cansan. Un truco que aprendí de muy pequeño es que los demás casi siempre se cansan.
La posición del ñu. Sostenerla, crecer en ella y que sea nuestro orgullo. Pero si nos tambaleamos seremos la cena del que espera. Y no por culpa de los leones, ni de la ley de la selva, ni de la dieta carnívora. Sólo es culpa de la duda, de que el león creyó más en el ñu que el propio antílope. El león no gana, pierde el ñu. Pierde la posición, pierde la vida. El león sí gana, pero sólo cuando retrocede, porque es consciente de sus limitaciones. El ñu pierde porque no es consciente de su fuerza, ni está orgulloso de ella, ni mucho menos está convencido de usarla. Los independentistas perdieron el 3 de octubre de 2017. Dejaron de creer ante un Estado que retrocedía. Por la noche habló el Rey. Igualmente habrían perdido, pero no habría sido tan humillante como declarar tu independencia y a continuación fugarte porque asumes que aún mandan ellos; o entregarte como un cordero a la Policía del país que se supone que ya era el extranjero. Ñus, demasiados ñus. Ñus cobardes, o que se cansan, o que no lo entienden. El mundo es de los leones y es bello que les llamen los Reyes, no porque lo sean, sino porque lo ejercen. Saben retirarse a tiempo cuando el ven que pierdeb pero entienden que la violencia es la esencia y que nada serio se gana ni se conserva sin una guerra. Los argumentos pesan. Los cadáveres sentencian. El ñu dura 2 segundos cuando cede. Todos tenemos un ñu moral, por supuesto que lo tenemos. También un león. No es tan difícil pensar un poco en lo que hacemos
Este video es una lección total, involuntaria. Tu vida no es tan remota. Y siempre ganas haciendo lo mismo, y siempre sangras por la misma derrota.
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