Kristy Flury tiene 12 años y el martes creyó que simplemente iba al zoo de Chicago con su madre. En el espectáculo de los delfines, la entrenadora la eligió para el número en que uno del público puede tocar a los animales y cuando hubo terminado pidió silencio y delante de todos le dijo a la niña que tenía una sorpresa mucho mejor para ella y fue que tras diez meses sin verle, por estar de misión en Kuwait, su padre, el capitán Flury, había regresado a casa antes de lo previsto y apareció recién bajado del avión y vestido de uniforme por detrás de la piscina. Kristy corrió hacia él para saltar a sus brazos, llorar y besarle. La ovación de los presentes fue casi tan emocionante como el reencuentro. Bienaventuradas las naciones que aplauden a sus soldados.
En Barcelona los delfines están prohibidos y queremos echar al Ejército del Salón de la Infancia. Además creemos que la paz la hacen los okupas, los manteros y las juventudes de la CUP, y no los militares con su generosidad y arriesgando sus vidas. En mi ciudad al capitán Flury lo habrían silbado por español, pero también por militar si fuera del ejército catalán porque nuestros intelectuales secesionistas firmaron hace tiempo un manifiesto titulado “Cataluña, paz y tregua”, que reclamaba, además de la independencia, una república sin fuerzas armadas.
Las cosas a los Flury les hubieran ido un poco mejor en Madrid pero tampoco demasiado. Carmena se siente más cerca de los animales que de los militares y lo que de España dicen los independentistas no es menos elaborado que lo que ladra la izquierda española de los Estados Unidos.
En las dos ciudades la familia tiene el mismo desprestigio, sufre los mismos ataques y lo que en Chicago fue ovacionado en Madrid o en Barcelona habría sido tachado de propaganda fascista con el propósito de perpetuar el patriarcado. Al capitán Flury sólo le habría salvado ser gay o que en lugar de tener una hija hubiera tenido al delfín adoptado y hubiera querido sorprenderle a él, lanzándose a la piscina para abrazarle.
Estamos rodeados y tanta vulgaridad nos aleja de la gloria de los Flury. Sin inspiración ni hermosura acabamos siempre viviendo a oscuras y cuando la familia no es el eje vertebrador de la sociedad estamos solos y perdidos. Los vínculos estropeados nos condenan a un plus de intemperie y es imposible la esperanza.
Sin respetar al padre es imposible amarlo y no hay amor perdurable sin admiración ni jerarquía. Si despreciamos la autoridad del maestro ¿por qué no íbamos a pisotear la Ley? Si insultas a los que defienden tu libertad es normal que creas que el aborto es un método anticonceptivo y con más derechos que deberes era de esperar que nada te pareciera valioso ni sagrado. Hemos expulsado a Dios de las aulas y en su lugar hemos instalado una máquina de preservativos. ¿Qué atrocidad podrías decir que no esperabas?
Kristy que abrazas al más seguro y resistente amor de tu vida. Tu padre es un héroe y te lo digo yo sin conocerte y a miles de quilómetros de tu casa. A tu padre y a su Ejército, que es el de todas las personas libres, cultas y civilizadas, le debemos lo que somos y tenemos y poder atracar nuestro barco en la bahía de la tranquilidad. Abraza al capitán con tu abrazo y con el mío, y con el de mi hija de cinco años, y con nuestra más honda gratitud. El vídeo de vuestro encuentro es el resumen de lo mejor del mundo.
Que Dios bendiga a los Estados Unidos de América y que a nosotros, en su infinita misericordia, nos perdone por ser tan idiotas.
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