Las mujeres representan casi la mitad de los 26 millones de personas refugiadas en el mundo. Cuando se ven obligadas a abandonar sus hogares, son particularmente vulnerables a riesgos específicos, como la trata de personas, la violencia sexual y física por motivos de género y una mayor discriminación. En una crisis son las primeras en reaccionar y cumplen un papel fundamental en el cuidado, el sostén y la reconstrucción de sus comunidades.
Cargan sobre sus espaldas el peso adicional de su condición de ser mujeres y el lastre de vivir en un mundo que reparte las oportunidades de manera desigual. Ellas tienen que enfrentarse a mayores dificultades para avanzar en su educación y para acceder a recursos. La clave está en logar un espacio seguro donde curar sus heridas, pudiendo así desarrollar su potencial.
Patricia Azpelicueta, argentina, es directora de cine y creadora de Maka y Olé, empresa de venta online de moda activista. Es sostenible, orgánica y ética en los materiales utilizados; sin contaminación ni explotación laboral en su fabricación. “El compromiso de las nuevas generaciones con las causas sociales impulsa la moda hacia nuevas formas de activismo. Reunimos a personas que se identifican con nuestros mensajes. Nos encanta inspirar momentos de reflexión”. En definitiva, esta mujer arrolladora que derrocha seguridad y talento transmite un mensaje. “Se puede cuidar el planeta, apoyar los derechos de las mujeres o la libre circulación de las personas. En definitiva, se puede cambiar el mundo”. Es el momento de tomar partido y de asumir los cambios con valentía.
Isabel Acosta, llegó a España hace casi tres años. “En Venezuela tenía una buena situación económica. Sí, viví y disfruté mi país, pero no teníamos libertades. Me di cuenta qué mi hijo no iba a tener la posibilidad de estudiar ni de tener una vida digna. Tenía familiares aquí y lo dejé todo”. Su proyecto consiste en apoyar a empresas mediante programas para evaluar sus necesidades y mejorar su gestión. También apoya a las personas con técnicas y herramientas enfocadas a lograr sus objetivos, con sesiones de coaching y talleres vivenciales. “Es necesario, especialmente en estos momentos tan complejos que estamos viviendo, donde nuestras estructuras se rompieron y las situaciones se han convertido en líquidas, estando en constante movimiento”. En la actualidad, nuestro mundo genera la sensación de inestabilidad e inseguridad. “Yo siempre trabajé el cambio, es uno de los pilares sobre los que se fundamenta mi trabajo, ofreciendo competencias a las personas para darles una mirada diferente sobre la realidad”. Isabel lo sabe bien y de primera mano.
Ileana Font, venezolana, ha creado Cocoa, inspirada en el empoderamiento de la mujer a lo largo de la historia. “Trabajaba como diseñadora gráfica en una universidad pública. Tenía una buena vida. Soy madre divorciada y a mi hija la he criado relativamente sola. Hace 4 años me vine para que pudiera educarse en una sociedad más segura y libre. Allá es demasiado peligroso. Nosotras desde pequeñas recibimos una educación con tintes machistas, con estereotipos. Como ilustradora y diseñadora hago dibujos que aplico a camisetas y distintos accesorios, con motivos de mujeres que han sido importantes en la historia, como Marie Curie o Frida Khalo. Aventureras, pintoras y científicas que han triunfado, algunas reconocidas y otras no tanto, que sirvan como referente para niñas y mujeres, que vean que ellas también pueden hacer lo que se propongan”.
Tatiana Requena, venezolana, ha fundado Bajo el Árbol, un espacio físico dedicado a la maternidad, la paternidad y la familia. “Sabernos madres nos confronta con felicidad, pero también con miedo e inseguridad, con sentimientos encontrados. Cuando nació mi bebé tuve que ajustarme a esta nueva situación y pude comprobar lo solas que nos encontramos ante la maternidad. Aquí los padres y las madres tienen un espacio donde hacer tribu, donde conversar sintiéndose libres de juicios, donde compartir sus miedos, sus soledades y sus experiencias. Se trata de volver a lo simple de lo crianza”. Su proyecto tiene varias vertientes, entre otras el asesoramiento y acompañamiento de la lactancia o los círculos de maternidad y paternidad. “Soy militante de la crianza sostenible”.
Patricia, Isabel, Ileana y Tatiana son mujeres que están liderando una transformación. Han sabido dejar un pasado doloroso atrás, imaginando un sueño, el de tener sus propios negocios, sin miedo a fracasar y con la garantía de confiar en si mismas. Han contado con el apoyo del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), dentro de su Área Mujer-Migrante y con el programa de microcréditos de la Fundación Novaterra. Se identifican con las palabras de Galeano. “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”, porque solo lo que no se sueña no se llega a lograr.
Rocío Gayarre
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