La RAE define el virtuosismo como la perfección en cualquier arte o técnica. La maestría como el arte y la destreza a la hora de enseñar algo. No todos los virtuosos son necesariamente grandes maestros, de hecho pocos campeones olímpicos tienen entrenadores que fueron antes virtuosos en su disciplina. En algunos casos ni siquiera fueron atletas de élite. La confluencia de ambas aptitudes es sin lugar a dudas, única y poco común. Hoy en día la inmensa cantidad de contenidos que pone Internet a nuestro alcance, están desdibujando por completo dónde encontrar la maestría y cómo identificar a un virtuoso.
El virtuoso
Prestando atención en primer lugar al virtuosismo, conviene no confundirlo o asimilarlo a espectacularidad o sofisticación. Ejecutar una tarea básica con una perfección absoluta es algo al alcance de muy pocos, si es compleja hablamos de seres humanos elegidos, gente extraordinaria. De los miles y miles de personas que están subiendo vídeos y fotos a sus redes sociales, casi no hay virtuosos, aunque muchos lo parezcan. El virtuosismo, por desconocimiento, puede pasar desapercibido. Si desconoces una disciplina, es posible que no identifiques si lo que ves es virtuoso o no. Pero en la mayoría de las ocasiones es inequívoco. Puede que no sepas nada de gimnasia deportiva, pero estoy seguro de que en esta fotografía lo identifiques sin lugar a dudas:
El protagonista es Eleftherios Petrounias, un gimnasta griego, campeón en las competiciones de anillas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, del Campeonato Mundial de Gimnasia Artística de 2015 y 2018 y de los Campeonatos Europeos de 2015 y 2016.
Un atleta de élite, un ejercicio de elevada complejidad que ejecuta a la perfección y al que añade el pequeño detalle de hacerlo con agarre abierto. Virtuosismo allí donde se mire. Sin marcas deportivas de llamativos colores, sin más elementos que unas anillas. Un movimiento estático, unas manos sucias por el magnesio. Impresionante. Admirable. Inimitable salvo para aquellos que se batían por la medalla a su lado.
El maestro
Conseguir que aparezca un Petrounias requiere de un cocktail secreto que conjuga perfeccionar la técnica del atleta, prepararle física y mentalmente, acompañarle en los buenos y en los malos momentos, saber cuándo exigirle sin misericordia y cuándo prestarle un hombro de apoyo. Este equilibrio de tantos factores requiere una formación multidisciplinar. Hay casos en los que la preparación física del atleta les ha llevado al éxito. En otros, el apoyo para lograr una fortaleza psicológica extraordinaria es lo que ha conseguido forjar al campeón. A veces es la programación de la temporada, saber medir los esfuerzos, los descansos. Todo.
¿Debe ser el maestro tan virtuoso o más que el alumno? En los primeros pasos de un atleta será así, pero difícilmente ocurre en lo más alto. En la siguiente fotografía podéis ver a Lindsey Vonn, la mejor esquiadora de la historia, junto a uno de sus entrenadores, Martin Hager. No tengo información sobre él, pero me atrevería a afirmar sin miedo a equivocarme que en absoluto esquía mejor que ella, pero construye a la campeona.
El paripé, los morritos y las caras de esfuerzo
Maestría y virtuosismo pueden considerarse dos caras de la misma moneda. También pueden ser una cualidad única. Pero no son cualquier cosa. Hoy en día, grandísimos atletas suman millones de seguidores mostrando casi de manera pornográfica sus lujosos excesos en lugar de sus logros deportivos. Actores y actrices, modelos, y celebrities de desconocida trayectoria más allá de sus redes sociales, son sin embargo ejemplos a seguir para muchos por esas rutinas con las que supuestamente moldean sus cuerpos.
Naomi Campell acumula más de ocho millones de seguidores en Instagram. Es una modelo internacional de trayectoria indiscutible. Hace poco se hizo viral un vídeo suyo entrenando en el gimnasio. Dicho y hecho, la gran mayoría deduce y afirma que ese cuerpo se ha moldeado con “tan dura” rutina física. Pues bien, Naomi Campbell es una persona a la que la naturaleza ha dotado de una genética que la ha permitido ser un referente a lo largo de muchos años en las pasarelas de todo el mundo. Una genética mantenida, no me cabe duda, con sacrificios y esfuerzo. Pero ella no es virtuosa y no es maestra en términos de entrenamiento físico. Duele verla exhibir su supuestamente duro entrenamiento haciendo una sentadilla con barra vacía en máquina multipower, en la que ni rompe el paralelo. Encima con acolchado para protegerse no sé muy bien de qué. Unas zancadas no muy lustrosas con un balón medicinal. Unos remos con mancuerna de chiste. Una amago de carrera extremadamente patoso en una cinta de correr. Algo mediocre, del montón, sin nada que sea digno de ser mostrado al mundo como un ejemplo a seguir. Y ahí está.
Esto no es un alegato contra Naomi. Al menos ella alcanzó el virtuosismo y la maestría en su profesión. Hay casos bastante más lamentables en los que se quiere trasladar a la opinión pública un modelo de fitness y salud que, siento decirlo así, es repugnante por lo sesgado, parcial e irreal de lo que se muestra y muchos creen a pies juntillas. Hay que decirlo alto y claro.
Que te preparen para lucir impecablemente en un photocall en una fecha concreta, es «chapa y pintura». Preparar a Vonn o a Pretounias, es ingeniería aeronáutica. Busquemos la maestría y el virtuosismo en lugar de la apariencia y la frivolidad. Es el único camino para ser mejores. Y que la fuerza os acompañe.
Otros temas