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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

Trucos para no arruinar tu dieta en viajes o comidas de negocios

En general, es bastante sencillo minimizar el impacto en tus resultados

Trucos para no arruinar tu dieta en viajes o comidas de negocios
Alfonso M. Arce el

Esto te va a sonar. Tienes los mejores propósitos, vas a hacer ejercicio, vas a seguir una dieta a rajatabla y, de hecho, lo estás haciendo. Todo va viento en popa cuando de repente un viaje o varias comidas profesionales surgen como si un malvado ser los ha planificado para romper tu rutina. Por más vueltas que le des, mantener tu régimen de comidas tal y como las tienes estructuradas en tu día a día va a ser imposible. Aunque no debería angustiarnos más de la cuenta, esta situación puede ser el principio del fin y la excusa perfecta para abandonar ¿Quién te puede culpar?¡Es tu trabajo! ¡Eres una víctima, tú lo estabas haciendo bien! Bueno, lo primero es que no hay que ser dramático o cualquier dificultad acabarás convirtiéndola en justificación para abandonar. Vamos a darte algunos trucos para sobrellevar estas situaciones:

  • Asume que nada es perfecto. Si solo pretendes seguir un plan nutricional si lo cumples al cien por cien, te ahorro las molestias, déjalo ya. Es imposible. Si no es una comida laboral, será una celebración, una gastroenteritis o que no has podido ir a hacer la compra a tiempo. Así que no añadas estrés adicional a tu vida porque no consigas tener un control absoluto de cualquier situación. Esto valdría también para los que piensan que por descansar un día van a perder toda su forma física.
  • Busca una opción cómoda. Al decir cómoda quiere decir fácil de llevar contigo. Es aquí donde las barritas energéticas, los batidos de proteínas, los frutos secos y las piezas de fruta por dar algunas opciones, se convierten en tus aliados. En el caso de las barritas, ojo porque las hay muy poco saludables pese a sus nombres aparentemente mágicos. En viajes de negocios, estas alternativas pueden ahorrarte alguna comida nada recomendable.
  • ¿Has probado a pedir lo que quieres comer? Es así de fácil, llegas a una comida te dan la carta y todo es apetitosísimo, especialmente si llegas al restaurante tras dos meses en los que el brócoli y la merluza hervida han tenido más protagonismo en tu vida del que podrías haber llegado a imaginar. En lugar de pedir el exquisito magret de pato ¿se te ha ocurrido decir que si por favor te pueden hacer un pescado a la plancha? ¿has mirado las ensaladas y te has planteado si con una de ellas puedes tener suficiente? En casi cualquier restaurante no van a tener el menor problema en hacerte algo a la plancha, o hervido o sin añadir una salsa. Claro, tiene peor pinta que lo que viene en carta, pero muy posiblemente será más saludable o, como mínimo, menos calórico.
  • Busca la opción más saludable. Vale, se te han olvidado tus barritas y te da corte pedir algo especial para ti. Mucha gente se dice a si misma “pues ya que como cordero, también me bebo un litro de vino y acabo con dos postres, total”. Eso es un error. No conviertas una desviación de tu dieta en un banquete digno de emperador romano. Puedes ahorrarte el alcohol, puedes prescindir de los postres y limitarte a un café. Evita el picoteo previo. Si hay opciones de primeros o segundos, escoge en función a lo que se acerque más a la dieta que tú sigas y no lo que más te apetezca.
  • ¡No compenses, carajo! Esta costumbre está muy extendida. Que ayer me comí una tarta entera, pues hoy salgo a correr un maratón o hago un ayuno de dos días. Para compensar. Viva yo y mi gente. Olé. Tu cuerpo no es una máquina que reúne los excesos de un día y los guarda para ser utilizados cuando aplicas tus singulares medidas de compensación. Hacer esto va a someter a tu organismo a una especie de montaña rusa cuyo único resultado será el descontrol. Tu mayor aliado es volver a la rutina, a lo normal. Si un día te has pasado, déjalo ahí, al día siguiente vuelta a la normalidad y ya está.

Y recuerda, si fuese fácil entonces lo haría todo el mundo. Que la fuerza te acompañe.

Nutrición

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