El crimen es el mejor instrumento para conocer una sociedad, pero también puede ser lo contrario: que sin tener en cuenta el entorno social es sencillamente imposible entender no solo el crimen, sino la investigación y sus consecuencias. Dicho crimen se produce no solo en ese entorno social, sino también en lugares urbanos o rurales que pueden llegar a producir atmósferas criminales muy diferentes y además contextualizan unos hechos ocurridos. Estos a los que me refiero habían tenido lugar en un barrio de las afueras de Segovia, en concreto en un antiguo pueblo reconvertido en zona urbana llamado Hontoria, que da lugar a una historia tanto del asesinato como de la investigación y el juicio que están muy vinculados, en un doble sentido, con la citada Hontoria y con Segovia y su condición de ciudad de provincias.
Nos lo cuenta Juan Carlos Galindo (1979) en us primera novela «criminal» Hontoria (Salamandra). El periodista segoviano -experto en sucesos y gran conocedor de la novela negra-, nos adentra en una trama trepidante y original a través de las calles de Segovia que son un escenario magnifico para este tipo de novelas. Es agosto de 2016 y tres miembros de una familia mueren brutalmente apuñalados en su casa de Hontoria. Once meses después, una llamada telefónica lleva el caso a la vida del periodista segoviano Jean Ezequiel. A base de horas de trabajo, alguna fuente anónima y la ayuda de su círculo íntimo, Ezequiel irá acercándose a la resolución del triple crimen y desenredando una tupida maraña de silencios e intereses creados entre las altas esferas de la sociedad segoviana.
Una novela que se hace muy atractiva para el lector aficionado a la novela policiaca en donde verá como la trama se adentra en un tema escabroso que incluye una problemática aún no olvidada en el tiempo y que es fácilmente trasladable a casi cualquier país, dando a la novela una dimensión social que aumenta el interés de una historia bien urdida. Un personaje que busca con ahínco, fuerza y perseverancia. Un periodista que es ayudado, que le van llegando las pistas, y gracias a ese ahínco investigador hace que dichas pistas salgan de las profundidades de la tierra detalles que se habían enterrado de forma interesada o no.
El periodismo inunda prácticamente casi todas las páginas de esta novela cargada de una metodología -la periodística- que convierte un misterio en noticia y pasa al final a ser una obsesión para este periodista, que busca asuntos que no han quedado resueltos. Casta periodística que critica por tomarse a la ligera los preceptos morales y que al final se da cuenta que a veces no hay otra forma de hacer las cosas, es a lo que no renuncia en ese empeño de la búsqueda de la verdad oculta sobre el citado crimen de Hontoria.
Galindo atrapa y expone Segovia como una ciudad convertida en un paisaje urbano protagonista en la que el personaje meticuloso recorre muchas calles y esquinas mostrando esa ciudad histórica. Con una perspectiva especial que mitifica la verdad de ese crimen sin resolver. Un personaje aparentemente blando y endeble, que en algún momento se deja llevar absorbido de esa sociedad a la que pertenece, pero con la que no quiere estar como por ejemplo en el entorno de su familia política, una de las mejores familias de la ciudad en la que el patriarca ejerce un determinado poder. Ezequiel es un tipo que busca aquello que nadie más quiere encontrar, enfrentándose a un reto muy grande sin estar realmente preparado para poder ganar prestigio en el mundo del periodismo.
En la novela hay muchas referencias literarias y criminales como a David Peace o Truman Capote, entre otros; forman la genealogía que atrae al escritor y al protagonista; incluso también surgen referencias musicales como la música del grupo escocés de corte postrock llamado Mogwai que acompaña en cada una de sus ediciones del podcast Píldoras criminales. Un podcast realizado y producido por el propio Ezequiel en el que el true crime es la parte única y principal y en donde narra sus pesquisas sobre el crimen de Hontoria junto con los artículos y exclusivas que le dejan publicar en su periódico.
Galindo hace de forma original incluir en la narrativa de la intriga los nuevos formatos periodísticos y de divulgación que en los últimos años se están haciendo hueco entre la sociedad, sin dejar de lado el lado romántico del periodismo, aquel en el que las noticias se imprimen e incluso algunas personas las leen en papel, como es el caso del jefe de policía. En una sociedad como la actual, en la que la inmediatez es el factor principal, en donde las noticias tienen que ser editadas y publicadas para ayer. El autor segoviano nos muestra y nos recuerda ese periodismo de largo aliento en donde el rigor, las fuentes fidedignas y la investigación es el santo y seña de una profesión que sigue en constante cambio desde la aparición de internet.
En definitiva, el crimen cuando está bien narrado aproxima a una parte oscura del ser humano que no está tan lejos de lo cotidiano como se puede llegar a pensar, sobre todo, en sociedades occidentales no muy violentas y con un alto grado de resolución de crímenes y Hontoria consigue esa aproximación a lo oculto de las personas de una forma interesante, potente y audaz en una trama más que equilibrada.
Hontoria // Juan Carlos Galindo // Salamandra // 2023 // 20 euros
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