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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

La lucha práctica

Fernando Vicente pone sus pinceles al servicio de la reforma o la revolución

La lucha práctica
Pablo Delgado el

Más de cien años después de la muerte de Rosa Luxemburg (1871-1919), su nombre aún evoca imágenes de revolución y mucha controversia. Considerada una de las precursoras del movimiento de la liberación de las mujeres. Después de todo, llegó ser una figura política importante y una de las fundadoras del Partido Comunista Alemán. Lo que mucha gente no sabe es que también fue una ardiente pacifista y que pasó la mayor parte de la Primera Guerra Mundial en prisión.

El 15 de enero de 1919 en el hotel Eden de Berlín, un soldado le destrozó la cabeza y la cara a culatazos mientras que otro militar la remató de un tiro en la nuca. Ataron su cadáver a unos sacos con piedras y fue arrojado a uno de los canales del río Spree que pasa por la ciudad. Su cuerpo no aparecería hasta dos semanas después. El Gobierno del socialdemócrata Friedrich Ebert acababa así con la vida de Rosa Luxemburg, considerada la más importante dirigente marxista de la historia, antigua militante del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la líder más significativa de la Liga Espartaquista.

Nacida en la Polonia rusa en el año 1871 en el seno de una familia judía, no llegó a cumplir los 50 años. Vivió en una época y en un entorno que parecería muy diferente al nuestro. Ella era parte de un movimiento obrero de masas en el corazón del cual, estaba una política socialista revolucionaria, en un momento en que la revolución socialista mundial era una posibilidad real. Fue moldeada  en un grado inusual, por las condiciones históricas de su época. El cambio de siglo fue un período de rápida transformación y agitación política, a medida que el capitalismo se expandía por todo el mundo, la revolución socialista mundial fue un hecho para combatirlo y Luxemburg llegó a participar en dos revoluciones en su corta vida. Si hubiera vivido, es muy posible que el destino de la revolución alemana hubiera podido ser otro, por eso las ganas de quitarla de circulación, pero eso nunca lo sabremos.

Podría decirse que los escritos de Luxemburg siguen siendo de gran valor (ideologías aparte): podemos aprender mucho de este punto culminante de la lucha de la clase trabajadora. Uno de aquellos de gran valor fue Reforma o Revolución, recuperada el pasado año en edición conjunta por Nórdica libros y Capitán Swing con ilustraciones del genial Fernando Vicente. Unos dibujos cargados siempre de un gran mensaje intrínseco que trascienden sobre lo escrito, aportando un valor añadido a las palabras, desde la perspectiva siempre locuaz del artista, que retrata de forma eficiente y caricaturesca esa representación de la lucha sin cuartel entre el trabajador y el capital.

La obra fue escrita en el contexto del debate que condujo a la transformación del SPD de un pequeño grupo revolucionario que operaba en condiciones de ilegalidad, a un partido político de masas con representación en las instituciones políticas formales de la época.

El polémico libro de la famosa «Rosa Roja», fue publicado en 1899. Explica por qué el capitalismo nunca podrá superar sus contradicciones internas. Critica el revisionimo de la doctrina marxista por parte de autores como Eduard Bernstein, que rechazaban el marxismo en favor del sindicalismo y los procedimientos parlamentarios. Bernstein, exiliado en Inglaterra bajo las leyes antisocialistas (que fueron derogadas en 1890), se convirtió en uno de los principales portavoces de esta corriente. Luxemburg estaba respondiendo a un intento de desacreditar al marxismo revolucionario. La teoría en contra de Bernstein ante la revolución de Marx se basaba en su aprehensión de la adaptación del capitalismo, a través del crédito, los carteles y el aumento de la productividad, hasta tal punto que las crisis económicas ya no eran inevitables.

La respuesta de Luxemburg, en Reforma o Revolución y luego con más profundidad en La acumulación de capital, señaló las contradicciones inherentes al capitalismo que producen las crisis. Ella llama la atención sobre tres rasgos del desarrollo capitalista en los que descansa el socialismo científico: primero, sobre la creciente anarquía de la economía capitalista, que conduce inevitablemente a su ruina. En segundo lugar, sobre la socialización progresiva del proceso de producción, que crea los gérmenes del futuro orden social. Y tercero, sobre el aumento de la organización y la conciencia de la clase proletaria, que constituye el factor activo de la revolución venidera.

«La lucha práctica de todos los días por las reformas sociales, por la mejora de la situación del pueblo trabajador aunque sea sobre la base de la existente, por las instituciones democráticas, esa lucha constituye el único camino por el que llegar a la lucha de clases del proletariado y por el que trabajar para conseguir su objetivo final: la conquista del poder político y la abolición del sistema salarial. Para la socialdemocracia existe una relación inseparable entre la reforma social y la revolución social, en tanto que para ella la lucha por la reforma social es el medio, la transformación social, el fin.»

La obra define la posición del socialismo científico sobre temas como las reformas sociales, el Estado, la democracia o el carácter de la revolución proletaria. En sus páginas, Luxemburg defiende la necesidad del socialismo, que responde a las contradicciones y la inevitable crisis de la economía capitalista, junto con los medios para una transformación en la conciencia de la clase trabajadora. La autora destacó entre los principales líderes de la izquierda de la socialdemocracia a nivel internacional, un papel que ocupó hasta su asesinato.

La edición en Nórdica libros y Capitán Swing incluye dos series de artículos que Luxemburg escribió refutando las teorías revisionistas que Bernstein publicó entre 1896 y 1898, con las que establecía una delimitación estricta entre las clases sociales al tiempo que diferenciaba entre la sociedad capitalista y la socialista de manera absoluta y defendía un Estado que debía constituirse por encima de las clases. La autora preparó dos ediciones de esta obra, una en 1900 y otra en 1908. En esta última introdujo algunos cambios derivados de sus propias experiencias, sobre todo en lo relativo a las crisis económicas, y eliminó los pasajes en los que hacía referencia a la exclusión de los reformistas. Es en esta segunda edición es en la que se han basado para la presente traducción. Hoy en día sigue siendo uno de los textos clásicos del marxismo y una oportunidad de ampliar la cultura personal sobre lo que ha llegado a ser y por qué es el mundo actual en el que vivimos.

Reforma o revolución // Rosa Luxemburg // Ilustrado por Fernando Vicente // Traducción de Isabel Hernández // Nórdica libros y  Capitán Swing // 2019 // 22,50 euros

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