Algo que engancha y muy fuerte, son las teorías conspirativas o misterios sin resolver de la humanidad. A lo largo de la Historia se han producido ,y seguirán produciéndose, acontecimientos que siempre generan la sombra de una duda. Un contexto perfecto para plagar con literatura, ensayos, cine y cómics esas teorías, ya sea para entretener o para arrojar luz sobre aquello que no nos muestran y el porqué no lo hacen.
El asesinato de Kennedy es una de ellas, por todos es conocido que es una de esas historias intrigantes y de la que no se sabe cómo ni quién lo hizo realmente. Bueno sí, está la teoría probada y pública que fue Lee Harvey Oswald, pero ¿lo hizo solo?, ¿por qué lo hizo?, es un cúmulo de teorías conspirativas en la que dicen podría estar la implicación de la mafia, o el segundo pistolero, o incluso el encubrimiento de un gobierno…
John Fitzgerald Kennedy se había convertido en el presidente más joven de los Estados Unidos y, sin embargo, pasó a la historia por el trágico motivo de su asesinato. El 22 de noviembre de 1963 y después de dos años en el cargo, Kennedy recorría las calles de Dallas acompañado de su esposa cuando recibió dos certeros disparos que acabaron con su vida casi en el acto.
Tras el descenso del avión, J. F. K. y su esposa Jacqueline subieron a la parte trasera de un Lincoln X-100. En la parte delantera, viajaban un agente-conductor y otro agente de la seguridad del presidente, y en la parte trasera les acompañaban el gobernador de Texas John B. Connally Jr., y su esposa. La comitiva presidencial abandonó el aeropuerto a las 11.52h con destino al centro de Dallas. A pesar de la previsión de lluvia, se decidió retirar la capota acristalada del coche que, aunque no era a prueba de balas, quién sabe si podría haber influido de alguna manera en la trayectoria de los proyectiles.
Pocas horas después del magnicidio, Lee Harvey Oswald fue detenido como principal sospechoso, pero nunca pudo enfrentar el juicio. El joven exmarine fue asesinado a su vez tan solo dos días después del ataque mortal al presidente a manos de Jack Ruby, un empresario a quien se le descubrieron vínculos con la mafia. Hasta el momento de su muerte, Oswald se declaró completamente inocente. Por su parte, Ruby siempre afirmó haber actuado en solitario y solo con la intención de restituir el honor de la ciudad de Dallas. La polémica estaba servida. Pero la más importante podría ser la teoría de que el cadáver que hay en la tumba de Oswald no es en realidad el de Lee Harvey.
A partir de aquí comienza un trepidante cómic dibujado por Lucas Casalanguida y narrado por el guionista nominado a los premios Eisner, productor y director Christopher Cantwell, titulado Sobre el asunto del cadáver de Oswald (Planeta Cómic). Una visión diferente y original sobre lo que pasó con el asesino de Kennedy y todo aquello que le rodeaba. A través de un variopinto grupo de «tontos útiles» —un aspirante a vaquero de Wisconsin, un (antiguo) ladrón de coches que idolatra a Buddy Holly, una activista por los derechos civiles cansada de todo y dispuesta a hacer la revolución, y un agente del FBI fracasado que sigue metido en su papel—, a los que alguien ha reunido sin su conocimiento y que reciben el encargo de borrar las pistas del crimen del siglo.
Los autores nos ofrecen un original y fresco thriller policíaco ambientado en las sombras de la mayor conspiración de la historia, con un dibujado a color y muy dinámico con una clara influencia al más puro estilo de superhéroes, hace que sea aún más atractiva esta historia gráfica, en la que las que parecen las altas esferas utilizan a aquellos desesperados y fracasados de la sociedad que aunque no lo parezca siguen guardando algo de dignidad en sus entrañas.
