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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Jodorowsky, Caín y un cómic

Jodorowsky, Caín y un cómic
Pablo Delgado el

Según la Biblia, Caín fue el primer ser humano concebido fuera del Paraiso. Hombre maldito al que Dios colocó una marca como advertencia de que cualquiera que matara a Caín provocaría su venganza. En las referencias bíblicas es un acto de ironía la maldición de Dios dirigida estrictamente a arrebatar a Caín el beneficio de su principal habilidad, la agricultura. Cuando Caín afirmó que cualquiera que lo encontrara lo mataría, Dios le respondió: ‘No será así; si alguien mata a Caín, será vengado siete veces. Y Dios puso una marca en Caín para que quien quiera que se encontrase con él no lo matara y Caín salió de la presencia del Señor (…).

Bajo este prisma bíblico el escritor nacido en Chile y de nacionalidad francesa, Alejandro Jodorowsky creador de la psicomagia y cofundador junto a Fernando Arrabal y Roland Topor del Movimiento Pánico, una expresión artística que pretende anunciar la locura controlada como supervivencia ante una sociedad en crisis de valores (la sociedad posmoderna) en donde sus autores sugieren un universo barroco, preciso, de un mundo delirante y matemático. Tras el éxito de su película El Topo (1970), caracterizada por sus extraños acontecimientos y personajes, y las abundantes dosis de simbolismo cristiano, y filosofía oriental. En ella se sigue a un personaje que, montado en su caballo y con su pequeño hijo desnudo a la grupa, reparte justicia allí por donde pasa en su incesante búsqueda por alcanzar la maestría, o la iluminación, y dar sentido a su vida. Esta se convierte en película de culto.

Casi medio siglo después del estreno de la película, Jodorowsky crea la secuela a través del guión escrito de “Los hijos del Topo” publicado en España por Reservoir Books. Cuenta que no consiguió financiación para la película, así que buscó otro soporte en el que pudiera dar a conocer su obra, y el elegido fue el cómic. Un soporte acertado que hace del séptimo arte un complemento en el que este arte secuencial adapta un gran guión, utilizando las herramientas adecuadas. Una de esas herramientas es el dibujo y Jodorowsky nos cuenta que tuvo la suerte de conocer al dibujante mexicano José Ladrönn (Premio Eisner a Mejor Pintor/Artista Multimedia por su trabajo con el escritor y editor Richard Starkings en Hip Flash: Mystery City) para realizar no tanto un “cómic normal” como una “película gráfica” dividiendo en tres franjas por cada página para que el lector-espectador tenga la sensación de estar en el cine, frente a una pantalla. Y lo consiguen, vaya que si lo consiguen, trasladándonos a un mundo que existe pero que no es real, un mundo diegético en esencia, reflejado mediante un árido y salvaje oeste, en el que El Topo fue un bandido que, al abrir las puertas de su corazón se convirtió en un santo que hizo grandes milagros. Un “hombre” que llegó a tener dos hijos de dos mujeres diferentes, Caín el bandido y Abel el puro.

En esta primera entrega de los “Los hijos del Topo” con el subtítulo de Caín, este convierte en un maldito que ha jurado matar a su padre, a quien nunca ha perdonado. Incapaz de saciar su sed de venganza, esta funesta figura de cuero negro vaga por el desierto de un salvaje oeste y decide que aplacará su ira asesinando a su hermano Abel. En ese oeste caracterizado de forma brutal y cargado de un misticismo creado por Jodorowsky, bajo el estigma de Caín todo aquel que se cruce en sus caminos se convertirá en víctima colateral.

En una edición cuidada esta es una historia, desconcertante, que descoloca al lector, del que estoy seguro que se entregará a la lectura de los textos junto a la contemplación de unos dibujos magníficos, que sin la mano magistral de Ladrönn, seguro no nos hubieran podido transportar a ese “universo Jodorowsky” de forma artística, transmitiendo un tipo de sensación sensorial sin igual evocadora del “Movimiento Pánico”. Ya sea de carácter metafísico o religioso, ataca de forma directa a la psique del lector provocándole sensaciones que aparecen como una reacción hacia un tipo de situación específica y con sentimientos puramente subjetivos mediante unos dibujos vivos, coloristas y cargados de detalles muy realistas de Ladrönn.

Toda una declaración bíblica/gráfica de lo más evocadora ambientada en un antigüo oeste mezclado con detalles futuristas, que dan como resultado una de las posibles obras de culto del cómic internacional actual.

“Los hijos del Topo. 1 Caín” // Alejandro Jodorowsky y José Ladrönn // Reservoir Books // 2016 // 17,90 euros

ArteCómic

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