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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Cuentos maravillosos de antaño

Cuentos maravillosos de antaño
Pablo Delgado el

El cuento maravilloso es una clase particular de los cuentos populares, transmitidos oralmente y sin que esta transmisión, por lo común, afecte a una determinada estructura narrativa.

Contextualizando un poco al lector, el siglo XVII fue un siglo agitado en el campo político que será de gran florecimiento en el campo literario sobre todo en Francia, ya que en este siglo se habla de clasicismo, un clasicismo humanista. Montaigne consideraba que el verdadero objeto de la literatura es el análisis y “la pintura del hombre, conocimiento que siempre busco”. En este sentido el clasicismo francés es un humanismo. La imitación de la naturaleza que pedían los clásicos desde Aristóteles es, sobre todo, una imitación de la naturaleza humana. Por eso, la estética clasicista francesa es inseparable de la ética, es decir, la literatura mira al hombre, pero al hombre visto en su comportamiento, en sus relaciones con la sociedad y con el individuo. El factor común de la literatura del siglo XVII -y en general de casi toda la literatura francesa- es la claridad: la “idea clara y distinta” de la filosofía de Descartes que impregna el pensamiento y se traslada a la literatura. Lo que hoy se narra, en otra época se hacía o se representaba, y lo que ni se hacía ni se representaba, se simbolizaba. Los ritos, que dieron origen a los mitos, eran asuntos muy serios y tenían un carácter secreto so pena de terribles castigos, que permitían que se preservaran. Cuando dejaron de cumplir su función social, se transformaron en la formación de los cuentos. Si imaginamos todo lo que le sucedía al neófito y lo narramos en orden consecutivo, aparece la trama con que se ordena ese cuento maravilloso del que menciono al comienzo de este texto. Es el difícil arte de transmitir a los cuentos la ingenuidad y el encanto, imprescindibles en este tipo de obras, a costa de sacrificar todo lo que impidiera la simplicidad y claridad del relato. La maldad debe ser castigada, y la virtud recompensada. Todo ello se encuentran en los Cuentos de Antaño de Perrault (Anaya).

Charles Perrault, secretario de la Académica francesa, luego académico de esta, el ilustre autor realiza estos cuentos con una retórica preciosista y que será el ropaje habitual de sus versos, aunque acompañada siempre con un humor característico, donde no faltan las bromas, algún chiste malicioso y su ambiguas ironías sobre el amor y la mujer. Esta forma de hacer la econtraremos en los cuentos en verso, en las moralejas que acompañan a estos y en ciertos guiños y reticencias que salpican los cuentos en prosa de los que están compuestos estos magníficos cuentos y de los que desde nuestra infancia hemos oído hablar, leído o nos los han contado.

Publicados en 1697 se han agrupado en dos tipos de obras bastante diferentes en cuanto a su forma: los cuentos en verso que fueron publicados inicialmente por separado: Grisélidis en 1691; Los deseos ridículos, en 1693. En 1694 se reúnen en un solo volumen junto con Piel de Asno. Después se añaden, como en en este volumen, los cuentos en prosa de: La Bella Durmiente del Bosque, Caperucita Roja, Barba Azul, El Gato con botas, Las Hadas, Cenicienta, Riquete el del copete y Pulgarcito. Los cuentos en verso no encierran ningún misterio, son de Charles Perrault. Pero los cuentos en prosa, no aparecieron bajo el nombre de Perrault en su primera edición de 1697. El “privilegio del rey” concede el permiso de imprimir el libro “al señor Darmancour”. Y es también P. Darmancour quien firma la dedicatoria de los Cuentos, en la que dice que un “niño” se ha complacido en componerlos. Se trata del hijo de Charles Perrault, Pierre Perrault Darmancour. Entonces ¿de quién son los Cuentos de antaño? Dato que no revelaré aquí e incitaré al lector a que lea el magnífico apéndice escrito por el gran Emilio Pascual en donde habla de esto hecho.

Las ilustraciones de Gustave Doré
 Acompañados a esta edición se encuentran las ilustraciones realizadas por el gran ilustrador del siglo XIX Gustave Doré. Con mano firme reproduce con igual facilidad sus observaciones de la naturaleza como sus creaciones subjetivas, teniendo el don de saber expresar el sentido de la proporción y la profundidad de un espacio muy limitado. Sabe cargar los negros para producir unos efectos terribles y amenazadores; pero opone magistralmente la belleza y el horror, creando un clima fantástico que enlaza con el superrealismo. En cabecera y viñetas adopta un estilo lineal, de sombras escasas, propio del apunte. Afirma Villarino. En los Cuentos de antaño Doré ofrece una muestra de grabados en donde se aprecia una espontáneidad cargada con un expersivo movimiento de las figuras representadas.

La colección LAURIN
Cuentos de antaño pertenece a la famosa colección que empezó a publicarse en los años 80 y que nació con la intención de ofrecer al público infantil y juvenil las grandes historias clásicas de la literatura infantil de todos los tiempos (Alicia, Pinocho, Peter Pan, Heidi…), y también los cuentos populares recogidos por autores como Perrault, Grimm, Andersen… Los títulos que formaban esta colección eran ediciones íntegras con traducciones de la lengua original, e incluían en muchas ocasiones las ilustraciones que acompañaban a la primera edición del libro. Además, contaban con notas explicativas al final de la obra cuando era necesario, y un apéndice donde se analizaba el autor, la obra, la época, y la bibliografía completa.

Por lo que estamos de enhorabuena, al recuperar Anaya cuatro títulos que se reeditan ahora en edición facsímil con su tapa dura y diseño característico y diferenciador, que son algunos de los más representativos de la colección, y cuentan todos ellos con las ilustraciones originales con las que apareció la primera edición. Otros títulos de la colección son: Las Aventuras de Alicia, Las aventuras de Tom Sawyer, Max y Moritz y otras 9 historias.

Una ocasión magnífica para comprar y regalar para las fechas que se aproximan. Además junto a las aportaciones didácticas de una gran introducción junto al colofón del apéndice, será una lectura muy enriquecedora tanto para el público infantil para que se aficione a leer con estas pequeñas grandes obras, como para un público adulto que quiera recuperar sentimientos y recuerdos de unos cuentos que siempre estarán de la más rabiosa actualidad transportándonos a un magia, de la que esta sociedad global creo que necesita, para poder reflexionar, pensar y sobre todo para poder llegar a una buena moraleja.

“En la forma de la invención de cualquier creación es donde está, más que en el argumento la belleza real de todo cuento”.

“Cuentos de antaño” // Charles Perrault // Anaya // Introducción de Oscar Peyrou, traducción de Joëlle Eyheramonno y Emilio Pascual // 12,95 euros

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