Oscar Tusquets (Barcelona, 1941) arquitecto, diseñador, pintor y escritor, por su trayectoria profesional es una de las voces críticas y eruditas en este país para todo aquello que gira en torno a la cultura visual. Desde su perspectiva mordaz, pragmática y elocuente, combate y comparte en sus escritos experiencias y anécdotas que reportan en el lector un conocimiento y una visión diferente, ya sea sobre arquitectura, diseño, escultura, cine o incluso jardines y toros.
Sin dejar de lado cuestiones metafísicas, Tusquets se pregunta muchas de las cuestiones que nos podemos hacer y que giran alrededor de la vida y la muerte. En Dios lo ve (Anagrama), un texto de hace unas décadas y que la editorial recupera, el autor aborda en diez capítulos, temas que de por sí no tienen relación alguna entre ellos pero que sí generan un común denominador, el de la creación; el proceso, la vida y finalmente la muerte.
Como escribe en su prólogo el escritor Eduardo Mendoza, es una concatenación de ideas que, partiendo del sentido común y una serena asimilación de la cultura, planteaban varias cuestiónalas esenciales, desde una simplicidad y una rigurosa economía de medios, guía al lector a través de un elegante sentido del humor, proponiendo observaciones a menudo triviales, que siempre parten de un viaje. «Oscar Tusquets no parece estar escribiendo para alguien, sino con alguien».
Sin perder de vista a su interlocutor al que no trata de educar sino que trata de convencer sin subterfugios, considerándolo un ser inteligente sobre el que arroja esas ideas a las que quiere dar luz sobre conceptos generales, sin remitirse a ninguna doctrina ni teoría general, simplemente mostrando la opinión de hechos y experiencias.
Propone «una forma de ver y apreciar las cosas tan sencilla y tan vital que nos pilla por sorpresa y, en la medida en que sacude nuestros hábitos y cuestiona nuestros criterios, resulta estimulante en grado sumo». Partiendo en este libro con el arquitecto Lutyens y su casa Homewood. Arquitecto al servicio de una burguesía emergente con pretensiones aristocráticas – para la que había proyectado bucólicas casitas campestres- y del Imperio Británico.
Sigue con figuras del ámbito catalán como el arquitecto Domènech Girbau, para continuar con ejemplos de cine en los que busca mostrar la importancia del proceso en los artistas con sus obras, desde Velazquez pasando por Picasso hasta llegar a David Hockney; Tusquets comparte sus reflexiones y experiencias a través de películas que muestran a estos artistas elaborando sus obras.
Un texto ameno y asequible, en el que además encontramos ideas sobre el realismo en el arte y su vinculación con épocas pasadas como el antiguo Egipto. ¿Qué relación pueden llegar a tener el pintor Antonio López y la escultura en madera de Ka-aper realizada en el siglo XXV a. C? Cuestiones que hacen preguntarse estas relaciones y poner en valor el cómo enfrentarse a un determinado arte.
En definitiva, un texto capaz de producir en el lector sensaciones que podríamos calificar de filosóficas en torno a la cultura, la vida y la muerte, en el que se busca el fin de la obra bien hecha, esa que puede escaparse algún detalle al ojo humano pero a Dios no, que todo lo ve; aunque su existencia pueda ser cuestionable para algunos «¿no seria mejor hacer ‘como si’ Dios existiese y puede jugar nuestras obras?». Todo esto no solo deberíamos aplicarlo a la producción de una obra en si misma, sino a la búsqueda de un ser humano justo que busca el bien y realizar todo aquello de forma correcta y efectiva.
Dios lo ve // Oscar Tusquets // Anagrama // 2022 // 11,90 euros
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