La ilustración (no el movimiento cultural e intelectual europeo del siglo XVIII que surgió en Francia), en los últimos años se ha convertido en un elemento primordial y diferenciador del proceso mercantil y cultural gráfico. Cada vez son más, los agentes visuales que recurren a esta técnica gráfica que ofrece soluciones personalizadas y muy diferenciadoras de una gran calidad, que incluso algunas llegan a ser catalogadas de artísticas.
Muchos lo califican como el mejor momento para ser ilustrador, ya que los ilustradores no son unos desconocidos para el público; las marcas y las editoriales, por ejemplo, acuden mucho a ellos. Al parecer el motivo, es que la fotografía se va dejando a un lado, está siendo menos utilizada, en un claro cambio de paradigma. Cada vez se emplean más los dibujos para crear mensajes, nuevas formas, que diferencien y aporten experiencias nuevas ante la gran amalgama de impactos visuales que recibimos cada día de nuestras vidas.
Pero ilustrar no es solo dibujar y que ese dibujo acompañe un texto o se implante en un cartel. Los métodos y soportes actualmente son muy diversos y cada vez hay más especialización. El número 17 de la revista Gràffica, para quien todavía no lo haya comprado y leído, es una auténtica joya que pone orden y perspectiva de este gremio. Desde esa primera experiencia que te sacude al abrir el envoltorio de plástico y encontrarte con una cubierta realizada en un papel impreso Curious Collection Matter Désirée Red de 270 g, toda una experiencia al tacto; junto con la experiencia visual de la magnífica ilustración de portada realizada por la ilustradora francesa Malka Favre, abre al lector todo un mundo de conceptos, opiniones y experiencias de carácter visual.
Una vez que te vas sumergiendo en la lectura de este genial y completísimo número, encuentras las opiniones y experiencias de nombres de la talla de Steven Heller, una eminencia en el diseño editorial que aporta su punto de vista sobre la ilustración, los estilos y las modas: «en estos momentos, se está haciendo un trabajo suficientemente bueno; y, dentro de este, la ilustración en general es lo suficientemente diversa como para abrazar muchos estados de ánimo y emociones».
«La función de documentar y poner imagen a la palabra es lo que convierte a una obra en ilustración», opina Cristina Chumillas; que abre camino con su texto para llegar a las geniales entrevistas a Liniers, Rocío Quillahuana, Olimpia Zagnoli, Luci Gutiérrez, Juanjo Sáez y nada más y nada menos que a Fernando Baptista y Christoph Niemann, que quien no esté al día son dos fuera de serie en sus campos como infografista e ilustrador, respectivamente.
Chistoph Niemann es un gran experimentador del dibujo que «conjuga los elementos más inhóspitos con las ideas más brillantes. Teje relatos ingeniosos, carismáticos y llenos de humor, desde su Estudio en Berlín para revistas como The New Yorker, The New York Times o Wired. Y qué decir del gran Baptista, infografista para National Geographic, sus trabajos son verdaderas obras de arte de la información documentada y realizada con rigor junto con el hiperrealismo de sus ilustraciones.
Un número que aborda todos los procesos y puntos de vista sobre lo que hay alrededor de la ilustración, sobre si hay negocio o no en ella, el cómo abordarlo, cobrarlo, interpretarlo y darlo a conocer. En el que además de ofrecer lo que ha sido y es la ilustración, llamémosla tradicional entre las que se encuentra la publicitaria, literaria, editorial y ahora el auge del cómic con la nueva perspectiva como novela gráfica en la que ofrece al autor un universo de posibilidades, también existen otras vías para el ilustrador, como los videojuegos, la moda, el pixel art, el arte urbano o el actual lettering o rotulación.
Un número que hace converger la perspectiva desde el ilustrador con la de aquel que le busca, como por ejemplo la marca Absolut que comparte su relación con la ilustración, o desde la revista Tapas que desvela a través de la responsable de la dirección de arte Sandra de Miguel, por qué es uno de sus pilares fundamentales la ilustración. Todo complementado con la experiencia de Fernando Tarancón uno de los fundadores de la carismática y genial editorial de cómics Astiberri, para pasar finalmente a Miquel Baidal de Illustraciencia y Conrad Roset, uno de los creadores del videojuego Gris.
En definitiva, uno de los números más completos e interesantes que he leído sobre la profesión de ilustrador. Que arroja luz sobre el debate de si es arte o no, sobre si hay perspectivas de futuro y hacia donde puede ir, siendo la animación uno de los sectores que más fuerza está cogiendo. Un número imprescindible para todo amante y profesional de la cultura visual y también para todo aquel estudiante que quiera dedicarse a ello, que le hará de guía, y sobre todo, motivará para ejercer una profesión principalmente vocacional y muy hermosa que está abierta a un universo gráfico y profesional.
Revista Gràffica – Ilustración // 16,50 euros
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