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Últimas noticias de la batalla de Rande. El Maracaibo nunca salió de allí

Últimas noticias de la batalla de Rande. El Maracaibo nunca salió de allí
El momento cumbre de la batalla en un dibujo exacto de la bahía de Vigo, del siglo XVIII
Jesús García Calero el

Rande, 1702 from Museo do Mar on Vimeo.

Hoy hace 312 años la armada anglo-holandesa atacaba a la franco-española  frente a Vigo. Pero dos jóvenes investigadores siguen arrancando novedades a lo que sabíamos de aquella pavorosa batalla. Descubrimos un poco mejor uno de los episodios más estudiados de la historia naval gracias a la investigación de Ramón Patiño, autor del libro “Los tesoros de Rande”, y Yago Abilleira, su más cercano y fiel colaborador.

Portada del libro “LOS TESOROS DE RANDE”

Viajamos al 23 de octubre de 1702. Estamos en plena Guerra de Sucesión (esa que ahora se quiere reinventar estrábicamente como una lucha de los Borbones contra Cataluña). Pero no, lo que ocurre aquí, en el contexto de esta guerra mundial de los albores del XVIII es que la flota de galeones de Indias llega a la ría gallega cargada de tesoros y protegida por el aliado francés. Se debate si desembarcar la plata aquí o viajar a Sevilla como mandaba el monopolio. Pero mientras dura la discusión y se ponen manos a la obra, el enemigo entra en la ría y lanza un ataque devastador.

La batalla dejó tal huella en el inconsciente colectivo que incluso se la cita en la novela de Julio Verne “20.000 leguas de viaje submarino”.

Ojo a las cifras. En Rande fueron hundidos, según el recuento de estos investigadores, 11 naves españolas y 19 francesas, más el galeón que el mar devoró en las Cíes (y aquí hay una gran novedad, como veremos). Una tragedia sin parangón, difícil de imaginar. Hombres muriendo, navíos ardiendo, naufragados y hoy, 312 años después, todos los pecios ahogados en el espeso y profundo limo, entre el olvido de España hacia su gran historia naval y un historial de expolios por toda la zona, hasta 70 expediciones desde entonces (25 en el siglo XX). Si no fuera por quienes como Ramón y Yago aman el mar y la historia -con quienes este Espejo de Navegantes se siente en sintonía- nadie movería un dedo. Pero Rande se convierte en otro punto vital para que nuestros políticos demuestren si les importa o no la mejor historia de España, la mejor historia que podemos contar. ¿Promoverán esta vez el avance de la arqueología y el conocimiento de la sociedad?

Porque queda mucho que aprender, como se ve por la gran investigación llevada a cabo por Ramón Patiño y Yago Abilleira. Gracias estos dos investigadores ahora sabemos que el galeón remolcado y perdido en Cíes no era el “Santo Cristo de Maracaibo”, como siempre se ha dicho, sino “Nuestra Señora de los Remedios”. Los documentos del Archivo de Indias así lo prueban. Ambos eran los mayores galeones de la Flota, indican los autores. Escuchémosles directamente. Entremos en la historia de la mano de quien tan bien la conoce.

El autor Ramón Patiño lleva muchos años impartiendo conferencias sobre Rande, centradas principalmente en las expediciones de rescate, lo que es la segunda parte del libro, y participó en alguna de las últimas expediciones así como su equipo de buceadores, todos miembros de Grupo de Arqueología Alfredo García Alen.

IMPRESIONANTE DOCUMENTACIÓN

“Los datos aportados en este libro nacen de más de un año de lectura del Archivo General de Indias (AGI) (Indifente, Contratación, Registro, etc), del Archivo Nacional de la Marina francesa, de la correspondencia consular del vicecónsul francés en Vigo (Jean Baptiste Bru), teniendo los documentos de estos archivos fotocopiados en el Museo de Mar de Galicia, en los historiadores ingleses, principalmente del siglo XVIII, y asimismo de los holandeses, sin olvidar a los españoles Belando y Bacallar. Del mismo modo consulté la bibliografía sobre el tema de los historiadores franceses, marques de Quincy y el Padre Daniel, incluido el diario del marqués de Dangeau, la prensa de la época, la variada bibliografía sobre Rande, Magen incluido, siguiendo la pista de la documentación que ellos manejaron, así como los diarios de navíos ingleses, del almirante Rooke, de Hopson y de Ormond, como también de los holandeses a través de prestigiosos historiadores. Ello ha permitido obtener datos de primera mano que con el paso del tiempo se fueron confundiendo y desentrañar errores.

-¿A qué conclusiones llegan? ¿Qué cambia o añade el estudio a la batalla? 

-¿Qué añade el libro? Primero el listado de todos los barcos que estuvieron en la ría de Vigo aquel 23 de Octubre: Los ingleses a partir de los listados de la campaña de Cádiz, con las pérdidas y los abandonos; los holandeses a partir de los informes de Almonde, luego recogidos por historiadores como Vreugdenhill y Maanen. De los franceses a partir de la salida de la flota de La Habana en los informes que enviaba Chateaurenault a Francia y de los españoles de los listados del AGI, de los documentos y testimonios firmados por el escribano Antonio Suárez, antes y después de la batalla, cotejados  todos ellos con los datos aportados por los historiadores ingleses, como Fenton y Oldmixon, que permiten la clarificación de todas las presas que se llevaron. Esto es lo que se aporta en la primera parte del libro con sus correspondientes notas de referencia a los documentos que soportan las afirmaciones.

UN BRULOTE O NAVÍO INCENDIARIO

“Ahora sabemos, por ejemplo, que hubo un brulote francés (barco incendiario), el Zeripsee que intentó inmolarse contra el navío holandés Zeven Provinciën para proteger a sus compañeros, pero fue hundido a cañonazos antes de que se acodara a su objetivo. De la misma forma que reponemos al caballero de Pomarade como capitán del Favori, puesto que Escalette, aunque murió en la acción, era, según los listados franceses, el capitán de L´eveille”.

Trabajando en Rande. L’Univers Illustré, 1870

-¿Queda mucho por investigar aún en los archivos de esta batalla?

-Evidentemente  debo decir que sí. Cuando un servidor profundizó en el tema, me encontré con algunas sorpresas, que aclaro en el libro, y pudiera darse el caso de que aparezcan documentos que modifiquen algunos conocimientos. Aunque creo que la parte histórica poco va a cambiar, pero sí pueden aparecer nuevos datos sobre las expediciones de rescate, pues de algunas de ellas se tienen poca información. Creo que el caso de Wibe Wibrant, que todos repiten que estuvo en Rande, y los documentos del AGI demuestran que no, es significativo.

-Ha mejorado el inventario de hundimientos, definitivamente 11 navíos españoles y 19 franceses, por ninguno británico, salvo dos lanchas desembarco. ¿En qué estado se encuentran esos pecios en la actualidad? ¿Sería posible investigarlos?

-Según los listados, son 11 los españoles más la presa del Monmouth y 19 franceses, de estos últimos tenemos constancia de la existencia de unos avisos pero no sabemos sus nombres o dudamos de ellos, y el trabajo de Roche no lo ha aclarado.
El HMS Torbay y el HMS Prince George, dados por perdidos en Rande por algunos autores, no están aquí, siguieron navegando. Los ingleses no perdieron ningún barco como declaró Rooke en la investigación realizada por la Cámara de los Lores inglesa. Los holandeses  tampoco, no solo lo declaró Almonde sino que también lo recoge el diario de Petrus Zaunsliever. Solo se salvaron del hundimiento las presas.

Robert Sténuit, de la Expedicion de John Potter, sacando cañones en Rande. Journal Tintin 620, 8-Sep-1960

EXPOLIOS DESTRUCTIVOS Y DINAMITA

“En cuanto al estado de los pecios sería  muy largo de explicar. Las actuaciones de las empresas de rescate fueron muy destructivas, la extracción de madera fue abundante y los explosivos funcionaron mucho a lo largo del tiempo. Hasta aproximadamente 1800 los cascos eran visibles, a partir de ahí, fueron quedando sepultados. Ya en el informe de Ernest Bazin de 1872 queda reflejado que están medio sepultados y bastante deshechos, y esta expedición era la número 34. Hay que tener en cuenta que los pecios no solo fueron barrenados con explosivos, si no que también se reflotaron 6. Se intentaron reflotar otros 10, pero no les salió bien y acabaron reventados al no soportar la presión el maderamen podrido. Por no hablar de las dragas mecánicas que se usaron indiscriminadamente. En la actualidad solo se podrá encontrar quillas y sobrequillas, lo que a la postre han demostrados las sonografías realizadas desde el 2000 en diferentes campañas; amén de objetos diversos, así como unos 400 cañones de hierro.

SANTO CRISTO DE MARACAIBO

-Ante ese panorama dan ganas de echarse a llorar. Qué desprecio histórico por el patrimonio. Pero ¿qué ocurrió con el Santo Cristo de Maracaibo, que fue capturado y remolcado? ¿O no fue así?

-No existe ningún documento de la época que diga que fue el Santo. Cristo de Maracaibo el galeón que se llevaron los ingleses. Esta fue una propuesta de Sténuit primero y luego de Potter, y ambos reconocieron años después que lo habían hecho por eliminación y porque sonaba bien. Por contra existen varios documentos que recogen que los ingleses se llevaron el navío de Pedro Méndez y según el registro de navíos del AGI éste era el Nuestra Señora de los Remedios. Fue remolcado y chocó contra una roca cerca de las islas Cíes, tardó en hundirse entre seis y ocho horas, según los diarios de varios barcos ingleses y algunos testimonios españoles. Y cuestiono la declaración de que se hundió cargado a tope. Se sacaron  cosas, declaradas y no declaradas, antes de su naufragio. El Santo Cristo de Maracaibo está en Rande según documentación del AGI de 1703 y 1704. También era conocido como el Rexil, por el nombre de su propietario.

Moneda inglesa acuñada con la plata de Vigo en 1703

¿Tienen peligro de expolio y sobre todo de deterioro aún hoy? ¿Por acción del mar o de actividades del hombre?

-El yacimiento no tiene peligro, salvo que se hagan intervenciones ilegales. Están sepultados y desde que existen en la zona polígonos de bateas de mejillón ese enterramiento ha seguido creciendo.

-El tema del expolio, es una constante en Rande. Es cierto que durante todo el siglo XX se han organizado más de setenta expediciones de rescate de las riquezas que llevaban los galeones hundidos, procedentes de las Indias y cargados de plata cuando llegaron a la ría de Vigo. ¿Qué daño piensan que han podido hacer estos aventureros o cazatesoros en la ría?

-No, desde la batalla se han realizado 76 expediciones más o menos controladas. En el siglo XX hubo unas 25, pero después de las de los italianos, a comienzos de ese siglo, la mayoría de ellas, incluyendo la de Potter, fueron poco intrusivas dado que no podían dañar más lo que estaba deteriorado.

El momento cumbre de la batalla en un dibujo exacto de la bahía de Vigo, del siglo XVIII

-¿Las autoridades han dado alguna vez permisos a empresas sospechosas? ¿O utilizaban algún tipo de subterfugio para explorar la zona?

-Las autoridades, según que períodos, realizaban un control más estricto o menos. En algunas compañías si comparas lo que declaraban a las autoridades españolas con lo que informaban a sus accionistas encontramos diferencias pero son poco significativas, de ahí que todas fueran un fracaso. Sólo las realizadas hasta 1850 sacaron algún provecho, pero lejos de lo esperado.

¿No hubo en 2007, tras el caso Odyssey, una alerta? ¿Qué ocurrió?

-En el 2007 se centró el problema en el Nuestra Sra. de los Remedios, el galeón hundido en Cíes, desde ese momento se hizo una vigilancia más estricta, pero ello no repercutió en la bahía. Se trató de una compañía de cazatesoros, la Sub Sea Resource. Estaban sacando, con todos los permisos, el cargamento de cobre de un mercante hundido en 1979, el Francois Vieljeux. Pero comenzaron a realizar maniobras sospechosas cerca de Cíes y esto, añadido a que en su web anunciaban que iban recuperar la carga de un viejo naufragio famoso, hizo que saltaran las alarmas. Parece ser que se logró evitar el expolio y, posteriormente, se vigilaron muy de cerca sus movimientos. No obstante creo que esta empresa si localizó y evaluó con sus aparatos el pecio. Para ellos los cerca de ochenta metros de profundidad, a la que debe de estar, es poca cosa.

Canon de bronze recuperado en Rande en 1886. L’Illustration 2301, pagina 228.

¿Piensa que la falta de investigación de las aguas gallegas, de intervenciones arqueológicas subacuáticas, favorece que en el caso de Rande, los cazatesoros hayan llegado si no al expolio al menos el intrusismo en la arqueología?

-La falta de un centro de investigación y medios económicos, no afecta directamente a Rande, por su situación, pero si al ingente número de pecios, con grandes datos, que se localizan en la costa gallega. Los cazatesoros, que sepamos, no han actuado mucho por aquí, excepto lo del RMS Douro, porque para ellos muchos de los pecios conocidos no tienen el suficiente valor económico. Pero sí deberían ser importantes para la Administración. La falta de medios y  de interés político provoca que cada día avance el deterioro de los pecios y que dentro de poco todos los datos que pudieran aportar a nuestra historia se pierdan. Todavía se sabe poco del tipo de navíos que dominaron una época colonial e imperial y sería interesante poderlos estudiar.

En general, ¿qué cree que aportaría el estudio de este tipo de naves, de las que aún no se ha podido excavar ninguna completamente, y menos antes de ser expoliadas?

-En el caso concreto de Rande poco. Recordemos el estado en que están, después de tantas agresiones por parte de las expediciones. Pero existen otros pecios en la costa gallega que si aportarían muchas informaciones y es una pena que no se realice nada.

-Para un hipotético proyecto, qué haría falta (universidad, financiación, permisos…) ¿Cómo se puede imaginar un proyecto importante en España, sobre todo cuando no hay un centro gallego de Arqueología subacuática?

-Como investigador y arqueólogo creo que sería interesante planificar alguna actuación en Rande, pero también soy consciente de que intervenir allí chocaría frontalmente con el medio de vida de la gente de la bahía, pescadores, mariscadores, mejilloneros. Téngase en cuenta que si se remueven los lodos, se contaminará gran parte de la ría.
Mientras no tengamos un medio de extraer el fango sin remover y contaminar el agua, no creo que fuese posible.

Recordemos, pues, la necesidad de conocer mejor esta batalla antigua que se entabló hace hoy 312 años. Sus pecios esperan perdidos bajo el lodo. Restos de un pasado que reivindica un lugar en nuestro presente. Avances de una ciencia que nos llama desde el futuro.

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