Punto de encuentro entre culturas e imperios, zona de tránsito, entre el Mare Nostrum, que acunó la civilización grecolatina, y la inmensidad de un Mar Tenebroso, poblado de pesadillas y abismos insondables, para navegantes egeos y fenicios. Final de travesÃas de quebradizos barcos, que ponÃan proa a la gran montaña caliza que fue llamada Calpe y siglos después, Gibraltar.
Porque los miedos paralizan, y asà ocurrÃa con antiguos navegantes que de tránsito por el estrecho, imaginaban lo desconocido del otro lado de aquella roca, el respeto a la naturaleza les indicaba precaución, ante un infinito mar azul que podÃa enfurecer.
Con capacidad de ensueño surgieron mitos y leyendas entrelazadas, las mentes pensantes de época clásica parecÃan intuir las actividades geológicas de formación del estrecho y sus consecuencias, acontecidas  millones de años atrás.
Durante el jurásico, distintas placas tectónicas, se encuentran y este choque, eleva la cordillera Bética de la cual forma parte el Peñón de Gibraltar (que significa ‘monte de Táriq’), alcanzando los 426mts. de altura, que aún se mantenÃa unido a las actuales tierras africanas, en un escenario muy diferente al actual.
Un monumento natural de formación de piedra caliza, que posee bellas galerÃas subterráneas talladas por la erosión de filtraciones de agua de lluvia durante miles de años. Allà se refugiaban hombres primitivos.
El Mediterráneo, al final del mioceno, debido a una crisis salina va evaporándose hasta quedar muy por debajo del nivel del mar, posteriormente el Atlántico se abrió paso a través del estrecho produciéndose la mayor inundación que se tiene conocimiento de la historia de la tierra, un proceso geológico de hace 5,3 millones de años. Se supone que en el lapso de dos años concluirÃa la formación del Mare Nostrum.
Un estrecho y un portal de millones de años, nos quedarÃa perfectamente preparados para ser futuros escenarios, espectadores y actores de, imagÃnense cuánta…infinita historia de amaneceres de la humanidad. Un paso  al mas allá.
Aún asÃ, la naturaleza no pretende ser poseÃda, solo respetada. Ofrece propias geologÃas e inspira entre mares, costas y horizontes: mitos, leyendas y sobre todo conocimientos. La historia de los hombres es quien pinta los diversos tintes del paisaje.
En este “cÃrculo del estrecho” con  propia personalidad, las antiguas civilizaciones se dispersaban en importantes ciudades. Dentro de su órbita desarrollaron sus relaciones internas y esta dinámica respondÃa a la explotación de sus recursos agrÃcolas y marinos acrecentando otras actividades comerciales en relación.
Precisamente los lÃmites de aquella influencia económica, eran el área del estrecho y en un extremo, el peñón de Gibraltar.
Una de las leyendas de origen fenicio, las columnas de Hércules, señalaba con el Peñón (una de las columnas) el lÃmite del mundo conocido, la última frontera para los antiguos navegantes del Mediterráneo. En época romana se le nombraba Mons Calpe y el otro pilar era el Mons Abyla, del lado africano del estrecho.
“Hércules se empeñó en separar con sus propios brazos ambos continentes formando asà el estrecho”. Bajo el lema “Non Terrae Plus Ultra” se asignaba el confÃn del continente.
“Más allá de aquà no hay nada, no existe paso para aquellos que se introduzcan en el Océano desde el Mediterráneo. Ningún barco puede adentrarse en el océano, donde existen tierras en las que no vive nadie y son la morada de animales salvajes. Dónde empieza y dónde acaba es algo incierto. Es el Mar de Shadmus, el Mar Verde, el Océano Circundante”.    Â
Esta leyenda que regÃa en aquellas  diversas culturas del cÃrculo del estrecho, expresan con claridad la naturaleza humana de paralizarse ante lo desconocido, pero también podemos interpretar un paralelismo con el proceso geológico de formación, dónde pareciera intuirse la apertura hacia el Atlántico.
Otro apasionante mito clásico que nos brinda el área de Gibraltar es la de una isla situada en mitad del Estrecho. Con el fin del perÃodo glaciar el mar subió aceleradamente y la isla Espartel, quedarÃa poco a poco bajo el agua. Fuertes terremotos y posteriores maremotos acabarÃan con ella quedando sumergida. Platón habrÃa conocido la historia de esta isla e inspirado, para crear el mito que ha llegado a nosotros como la “Atlántida”.
“En el espacio de un solo dÃa y una noche terribles, todo vuestro ejército fue devorado por la tierra de un solo golpe, e igualmente la isla Atlántica desapareció sepultada por las aguas”
Este mito nos puede retraer, a la idea de la superficie sumergida del estrecho, geológicamente estos sedimentos fueron formados a consecuencia del ingreso del océano al ocupar el espacio del Mediterráneo, que habÃa quedado por debajo del nivel del mar.
Asà como también el siguiente mito clásico,  inspira sorprendentes intuiciones.
El camino de Alejandro Magno en Tarifa: El geógrafo árabe Al-Idrisi, en el siglo XII, mencionó los restos de un supuesto camino empedrado, a los que los árabes llamaban “arrecifes”, mandado hacer por el rey griego Alejandro Magno para unir en el estrecho el continente europeo con el africano. De acuerdo con el geógrafo ceutÃ, la obra del soberano griego habÃa sido muy ambiciosa e incluyó la apertura posterior del propio canal del estrecho de Gibraltar. Las aguas habrÃan irrumpido, provocando la desaparición de las ciudades costeras y la muerte de sus habitantes. Alejandro: “El camino empedrado de la parte de Al-Andalus se ve claramente cuando el mar está claro en el lugar llamado As-Safiha. Se extiende en lÃnea recta y Rabi lo ha medido. Nosotros lo hemos visto con nuestros propios ojos y hemos seguido a lo largo del estrecho esta construcción a la que la gente de las dos islas (Algeciras y Tarifa) llaman “El Puente” (“al-Qantar”). Y el centro de esta construcción coincide con el lugar en el que está la Roca del Ciervo sobre el mar”.
Siempre esta región ha cautivado mentes creadoras de cuentos y leyendas. Y también Julio Verne en 1887 imaginó su “Gil Braltar capturados por los simios. Una historia corta de escribir”.
Para España se transforma en un portal, una llamada de destinos como voces de sirenas anunciando un porvenir, entre rojos y amarillos amaneceres, más allá de tempestades y tinieblas.VencerÃa el océano tan azul que será por ello que el azul…es el color de la voluntad.
Entre mapas, mitos y leyendas Gibraltar sorprende, proyecta pensamientos en la memoria y evoluciona al compás de las naciones.
El estrecho, tránsito y cuna de culturas, simbologÃas y lemas que quedarán atrapados en futuros escudos, banderas monedas y emblemas…mas allá,  hasta la posteridad.
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