La que sus responsables denominan «primera plana web de toros en català» se está convirtiendo en un auténtico reducto de la defensa de la Fiesta, un refugio de aficionados. Sin embargo, pese al duro golpe asestado a la Fiesta por el Parlament, en esta página web no se destila odio. Al contrario, se plasma una defensa positiva, combinando perfectamente el pasado, la historia, la tradición, el arte y la cultura, con la actualidad taurina de esta tierra.
Darse una vuelta por www.vadebraus.com es tomar el pulso al estado de ánimo de los aficionados catalanes. Profundizar en los comentarios a cada noticia, es constatar el grado de indignación y desencanto que se vive entre quienes se consideran tan catalanes como aficionados a los toros. Con mayor o menor beligerancia, uno se topa con análisis certeros sobre la situación a la que se ha llegado. Sin pelos en la lengua, con el amor a la Fiesta por bandera. Sin complejos, esos que tanto les han sobrado a los políticos y a los responsables del espectáculo en Cataluña en las últimas décadas.
En estos días previos a la celebración de la Feria de la Mercè, la pomposamente anunciada por la empresa como Feria de la Libertad, el debate se ciñe a la necesidad, a la idoneidad o no, de convocar actos de protesta por parte de quienes se sienten atacados y heridos en su dignidad por mantener viva una afición. Y los ánimos están divididos. Unos abogan por la manifestación, por la lucha en las barricadas, mientras otros se apuntan a otras protestas más próximas a la serena reflexión. Claro, que el punto en común de unos y otros es la plaza Monumental, sus propietarios y su empresa actual.
La connivencia de la casa Balañá con la prohibición es quizá el comentario más repetido, la puñalada sangrante. La gran duda para este aficionado que se siente totalmente huérfano y desasistido está en qué hacer. ¿Qué puedo hacer para no dar todo esto por perdido? Y todos se vuelven a mirar hacia la plaza, hacia esos precios exagerados, hacia esa programación que muchos consideran ramplona y sin un compromiso acorde al gravísimo momento que se atraviesa. ¡A la calle con pancartas! Y los lemas que proponen no insultan a nadie, ni a esos que cada día de corrida no se cansan de llamarles asesinos e hijos de puta. Y es que el insulto y la mala educación no ha encontrado cobijo en todo este triste proceso entre quienes han seguido acudiendo a la plaza con fidelidad.
«Va de Braus» se ha convertido ya en un referente. Ojalá que nunca sea un recuerdo, pues ahora mismo, cuando la representación oficial de los aficionados atraviesa un momento convulso con grandes interrogantes sobre el futuro, esta web es un soplo de aire fresco, una morada de libertad.
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