El Tribunal Constitucional ha dado vía libre a Bildu porque, asegura en su sentencia, “la sospecha no basta para excluir a Bildu del 22-M”. Lo que podría parecer muy razonable si no fuera por el particular concepto de sospecha que tiene este Tribunal. Pues el Constitucional rechaza, entre otros, documentos considerados pruebas clave por el Supremo como el Herri Akordioa, en el que los miembros de Bildu, EA, Alternatiba y Batasuna, se reparten los puestos en las listas. Ah! pero, dice el Constitucional, no figura ninguna firma, doctrina por la cual veo saliendo de la cárcel a todos los delincuentes que hubieran tenido en su día el cuidado de no firmar de puño y letra sus delitos.
Y aún más, cuando tal firma aparece, como en el documento Euskal Herria Ezkerretik, el Constitucional le aclara al Supremo que en dicho documento la firma no es de Batasuna, es de otro señora llamada Izquierda abertzale, que, insiste el Constitucional, no es lo mismo. Pues lo lógico y esperable para el Constitucional es que los etarras se presentaran como tales a las elecciones.
Y, mientras conocemos tan sorprendentes razonamientos sobre los terroristas que deberían firmar sus documentos en aras de que los tribunales tuvieran pruebas y no sospechas, el señor de la fotografía, Alfredo Pérez Rubalcaba, el mismo que afirmó, tras la investigación policial, que Bildu era un instrumento de ETA, no ha lamentado siquiera la decisión del Constitucional. Más bien al contrario, ha llamado abyectos a los que piensan lo mismo que él, que Bildu es un instrumento de ETA, y que el Constitucional se ha equivocado clamorosamente.
ETA
