Muchos creen en eso de que ¡es la economía, estúpido! O que los ciudadanos deciden sus posiciones políticas a partir de sus intereses ciudadanos. Pero la situación de España constituye la enésima prueba de que eso no es así. De que la ideología y la identificación partidista deciden las posiciones ciudadanas más que la economía.

Lo que explica que Zapatero mantenga una parte sustancial de la intención de voto en las encuestas. Y otra parte no menos sustancial del apoyo de los medios de comunicación. A pesar de que todos los datos objetivos de la economía indican un empeoramiento progresivo de nuestro país y una necesidad de medidas drásticas que Zapatero se niega a tomar. Ayer lo volvió a reiterar. Estamos mejorando, dijo, y no es preciso tomar más medidas de las que hemos tomado ni recortar de forma dramática el gasto público.
No hay más que repasar los medios de comunicación y las reacciones ciudadanas en el día de hoy para decir más bien que ¡es la ideología, estúpido! Que se hunda el país y que nos hundamos todos antes de retirar el apoyo a “uno de los nuestros”.
Zapatero