¿Por qué es un dislate comparar Gürtel y Faisán? Porque lo ha dicho Rubalcaba, hoy, cuando le han preguntado por la dimisión de Camps y por lo suyo, por el Faisán.
Porque el caso Gürtel y el caso Faisán “no tienen nada que ver”, ha añadido. De hecho, el Faisán no existiría si él no hubiera sido ministro, ha continuado:
“Si hace cuatro años, cuando le dije a José Luis Rodríguez Zapatero que me apetecía ir dejando la política, le hubiera convencido de que no me hiciera ministro, le aseguro que este caso no existiría”.
El Faisán es un montaje para perseguirlo, según el hombre que fue ministro a la fuerza. El hombre que no quería ser ministro y que ha forzado a Zapatero a nombrarlo candidato sin primarias, quizá porque tampoco quería ser candidato.
Es un buen ejemplo de lo que va a seguir ocurriendo con las responsabilidades políticas de los escándalos socialistas. Y una buena muestra de que estamos a años luz de tener unos estándares de moralidad pública aplicables por igual a todos.
Los mismos hechos, el regalo de la decoración de una habitación a Bono por parte de un empresario, por ejemplo, producen consecuencias políticas y penales completamente diferentes. Y hechos mucho más graves, colaboración con una banda terrorista, por ejemplo, incluso te refuerzan como candidato a presidente del Gobierno.
Corrupción