Una de las mejores creaciones de Puebla en este diario es la de la veleta de Zapatero en asuntos militares, como la de más abajo. Viene bien recordarla tras oír hoy al presidente apoyando en el Congreso la acción militar de Estados Unidos contra Bin Laden, en contradicción con todos sus principios en lucha antiterrorista.
Si Zapatero tuviera esos principios, claro está. Porque nuestro presidente, como ya lo han destacado sus mejores conocedores, es un político con principios muy flexibles que se adapta a las circunstancias. En este caso, a las de Obama. Su veleta en asuntos militares no la mueve el viento sino más bien Obama. Por algo dijo el año pasado aquello de que “no es cuestión de lo que Obama pueda hacer por nosotros sino lo que nosotros podemos hacer por Obama”.
Incluso, en su caso, apoyar la guerra contra el terrorismo que tan malvada y rechazable le parecía cuando gobernaba Bush. Entre sus innumerables discursos contra esa guerra, recordemos su intervención en Naciones Unidas en septiembre de 2004, cuando propuso la Alianza de Civilizaciones como alternativa a la guerra contra el terrorismo. En resumen realizado por la Ser, poco sospechosa de manipular sus palabras, Zapatero proclamó entonces el respeto a la legalidad internacional y el rechazo al uso de la fuerza. Propuso una lucha contra el terrorismo fundamentada exclusivamente en la legalidad y en legitimidad democráticas. Y dijo que la paz exige más valentía, más determinación y heroísmo que la guerra.
Pero llegó Obama, reivindicó lo mismo que Bush, envió a sus tropas a matar al líder terrorista y la veleta de Zapatero giró justamente en dirección contraria.
Terrorismo islamista