Vuestros comentarios al post anterior y la presentación de una moción de ERC sobre la prostitución en el Congreso me llevan a seguir con otra entrega del asunto. Y es que, además de un importante problema social, detrás de la prostitución hay un debate moral fascinante.
Y digo moral y no político o ideológico porque en este asunto no hay diferencias entre izquierda y derecha, como hemos vuelto a comprobar con las nuevas declaraciones ante la moción de ERC. Lo que hay es una hipocresía muy semejante en todos los espacios ideológicos. Y una demostración, colateral a esta cuestión, de que las posiciones morales no diferencian las izquierdas de las derechas o las derechas de las izquierdas. Ya lo dijo el gran politólogo Norberto Bobbio hace bastantes años, y la prostitución es otro argumento que avala el acierto de su posición.
Todos los partidos se llevan las manos a la cabeza por el “horror” hacia la prostitución, pero, insisto, no nos explican por qué. Como decía en el post anterior, no argumentan por qué ese “horror” es mayor, por ejemplo, al de la venta de un cuerpo para fotografías de desnudos o de semidesnudos completamente pornos. Y tantos otros ejemplos de ventas de cuerpos para fines sexuales. Incluso, como dice Adelaida la Montera en el post anterior, por qué debe ser menor el “horror” por la prostitución que se ejerce con un solo cliente.
Y me refiero a la prostitución voluntaria. Porque apuntáis algunos de vosotros, Pedro de Diego, por ejemplo, a la trata de mujeres y criticáis que yo pueda estar justificando esa trata. Ni mucho menos, por supuesto. Cuando defiendo la regulación o la legalización de la prostitución, me refiero a la que se ejerce voluntariamente. Toda la demás debe ser duramente perseguida, sea el 50% o el 90%. Faltaría más.
También os referís, Juan García, en concreto, al conflicto de intereses que podemos tener los periodistas por el hecho de que se publiquen anuncios de prostitución en nuestros periódicos. No en mi caso, Juan, puesto que hace mucho que defiendo la posición de la legalización de la prostitución. Y no porque dicha actividad no me produzca cierta repugnancia, como puede ocurrirnos a muchos, sino porque no veo sus diferencias con otras muchas actividades que ya he puesto como ejemplo. ¿Dónde pondríamos la frontera si esos anuncios se prohíben, como proponen ERC e IU y parece que apoya la ministra Aído? ¿Se van a prohibir los anuncios pero se seguirán publicando fotografías eróticas o directamente porno en los periódicos? ¿Se seguirán emitiendo determinado tipo de películas en los canales de televisión? ¿Se seguirá entrevistando a los profesionales de la venta de cuerpos en los medios? Y la lista de cuestiones semejantes es enorme.
Y una última cuestión que resulta curiosa, el hecho de que la ministra Aído y otros muchos políticos hablen exclusivamente de mujeres cuando se refieren a la prostitución. ¿Y la creciente prostitución masculina? ¿Es que no pueden explicarla con la tradicional teoría sobre la explotación de las mujeres y por eso la obvian?
Postdata: Gracias a Andrea y a todos los que me habéis felicitado por el blog o por mis comentarios
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