Fue Ibarretxe quien inventó la expresión pertinente para lo de este referéndum y otros que plantea nuestra izquierda: ¿Y qué hay de malo en ello que dijera Ibarretxe para su referéndum por la independencia de los vascos? Lo mismo dice la izquierda respecto al referéndum sobre la monarquía que piden algunos estos días.
Y no me refiero a la extrema izquierda y a los republicanos que exigen ese referéndum, Izquierda Unida, Podemos, Compromís-Equo y compañía. Ellos reivindican un referéndum porque desean cambiar la monarquía por la república.
Me refiero al resto de la izquierda que dice lo de Ibarretxe para mostrar sus respetos a quienes exigen la consulta, como si todo referéndum fuera una natural, legítima y pertinente iniciativa de la democracia. De ahí que alimenten tal posibilidad con encuestas como la de hoy de El País en la que preguntan a los ciudadanos si debería convocarse el referéndum. A lo que los ciudadanos contestan en mayoría que sí, un 62% a favor de la convocatoria frente a un 34% en contra. Lo que me sorprende es el volumen de los contrarios, ese importante 34%, porque la inevitable respuesta ante cualquier pregunta de este tipo es que sí, que una consulta siempre es pertinente, que opinar es positivo, que es un ejercicio democrático, etc. etc. etc.
Pero resulta que a ningún partido se le ocurre, por ejemplo, un referéndum para bajar los impuestos a la mitad, otro referéndum para privatizar la sanidad y la educación, otro para expulsar a todos los inmigrantes, otro para eliminar las autonomías, otro para retirar todas las subvenciones públicas a los sindicatos… Y a ningún medio de comunicación se le ocurre tampoco hacer una encuesta sobre el deseo ciudadano de tales consultas.
¿Quizá porque sí hay algo de malo en ello? O porque hacer un referéndum sobre los consensos básicos de un sistema político, sea la monarquía parlamentaria, o el Estado descentralizado, o el Estado del Bienestar, no sólo no fortalece ese sistema político sino que lo debilita. Y mucho.
