Ahora como en el debate sobre el decreto-ley de los desahucios a fines del año pasado se echa de menos una voz, y fundamental, la de los banqueros. Ni uno asoma por los medios de comunicación para explicar por qué las exigencias de la Iniciativa Legislativa Popular cuya tramitación y debate se aprobó ayer tendrían un efecto nefasto sobre el sistema bancario y el crediticio. O por qué causarían una grave crisis a los bancos y dificultarían en modo extremo los créditos en el futuro.
Es cierto que les llaman asesinos cuando se atreven a hablar. Le pasó la semana pasada a Javier Rodríguez Pelletero, representante de la Asociación Española de la Banca, cuando fue a explicar el sistema hipotecario español al Congreso. Allí estaba Ada Colau, líder del movimiento anti-desahucios, que le llamó eso y algunas lindezas más. Y que ayer llamó cosas semejantes a los políticos del PP desde el palco de invitados del Congreso al que le dejaron pasar a pesar de sus insultos de la semana pasada.
Pero los representantes de los bancos son los principales responsables de las explicaciones sobre el sistema hipotecario y los efectos de la dación en pago, por muy impopular que sea tal tarea en estos momentos. Y, sin embargo, rehuyen el debate público y lo dejan todo en manos de los partidos políticos o de los periodistas. Y pasa lo que pasa, que todos se apuntan a las soluciones más populares y populistas, en este caso, a la admisión a trámite la Iniciativa Legislativa Popular, aunque sepan de la imposibilidad de su aprobación. Para que las Adas Colau de turno no les llamen asesinos. Y, quizá, también, para que hablen de una vez los más obligados a ello que son los banqueros.
(En la imagen, Ada Colau, en la comparecencia en la que calificó de “asesino” al representante de la banca)
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