Otros antes que yo se han hecho la pregunta en Estados Unidos y especialmente referida a las feministas, tal es la animadversión que ha despertado Palin desde que saltó a la fama. En toda la izquierda en general y entre las feministas en particular.
Ahora, la industria cinematográfica americana, dominada por esa misma izquierda, acaba de lanzar una película sobre Palin protagonizada por Julianne Moore en la que, obviamente, Palin no sale bien parada, como les ocurre siempre a los políticos de la derecha en Hollywood, ese lugar del que los artistas conservadores han dicho que no conviene confesar ideología de derechas si quieres evitar el consiguiente veto.
La película la retrata como a una histérica, una ignorante y una fanática. Ayer mismo, en El País, Elvira Lindo la catalogaba también de ignorante, ridícula y bruta, además de acusarla nada menos que de instigar bajas pasiones como el racismo, la ignorancia, el creacionismo y el fanatismo religioso (“Palin, la fuerza bruta”)
Me recordó otro artículo de 2008, de la campaña en la que Palin se presentó junto a McCain, artículo de una de las columnistas estrella de The New York Times, otra mujer y feminista, Maureen Dowd, la tachaba de ignorante y de simple (“Bering Straight Talk”). Fue uno de los muchos escritos en la misma línea, especialmente de mujeres.
¿Por qué ese rechazo hacia una mujer de orígenes modestos, universitaria, hecha a si misma, que llegó a Gobernadora de Alaska por sus propias capacidades y sin ninguna ayuda y que ahora triunfa como conferenciante en Estados Unidos? Quizá por eso mismo, porque es un ejemplo de mujer que ha roto todas las barreras de la desigualdad, pero lo ha hecho desde la derecha, con ideas y liderazgo de derechas. Y eso no lo asimila la izquierda, y especialmente el feminismo. No me gusta demasiado Sarah Palin, pero hay una cosa cierta, ha roto completamente los esquemas mentales e ideológicos de las feministas.
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