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Blogs Crónicas de un nómada por Francisco López-Seivane

De droga prohibida a placer de artistas: la ruta de la absenta

De droga prohibida a placer de artistas: la ruta de la absenta
Francisco López-Seivane el

Acaba de nacer, en las montañas del Jura, la Ruta de la Absenta, un recorrido que comienza en Pontarlier (Francia) y finaliza en Couvet (Suiza), o viceversa. La ruta atraviesa bellísimos paisajes alfombrados de ajenjo y recorre los principales lugares relacionados con el advenimiento y elaboración del controvertido espirituoso, sobre todo la Maison de l’Absinthe, en Môtiers (www.maison-absinthe.ch), auténtico museo de la historia de este licor lechoso que hoy está de nuevo de moda, pero que fue hasta hace poco una bebida maldita, prohibida en medio mundo y fuente de inspiración de la bohemia parisina, a la que están estrechamente ligados nombres como Toulouse Lautrec, Van Gogh, Picasso, Rembaud, Bodelaire, Manet… y, cómo no, Hemingway, quien, como es bien sabido, no se perdía nada que pudiera beberse, con tal de que no fuera agua.

Museo de la Absenta en Motiers
Secadero de ajenjo en la zona de Motiers
Plantas de ajenjo en su secadero.

El mejunje nació en Couvet, en el Val-de-Travers, en la frontera entre Suiza y Francia. Recorrí ese valle no hace mucho, camino de Chaux-les-Fond, la capital mundial de la relojería. Es un lugar desolado, cubierto de praderías y rodeado de montañas calizas, conocido en la comarca como la Siberia Suiza por su clima extremado. Sin embargo, por su altura y climatología, allí se da muy bien el ajenjo, ingrediente básico de la absenta. La fórmula original se le ocurrió a un doctor local, llamado Pierre Ordinaire. El preparado se vendía en un principio en farmacias como medicina natural. Pero en 1797, Henri-Louis Pernod construyó la primera destilería en Pontarlier, al otro lado de la frontera, ya en Francia, y para finales del siglo XIX ya había convertido la absenta en la bebida de moda entre los intelectuales parisinos de l’art nouveaux.

Plantas de ajenjo en la Siberia Suiza

Se trata de un licor con mucha historia y mucho glamour. En Suiza se prohibió en 1910 y en Francia en 1915, lo que supuso el inicio de una etapa de clandestinidad, que añadió leyenda a su consumo. Parece que la iglesia (calvinista) tuvo mucho que ver en la prohibición, ya que se financiaban principalmente con sus viñedos y licores, y la absenta era una amenaza comercial. Como resultado de la prohibición, los sótanos de las casas del Val-de-Travers se convirtieron en destilerías camufladas con mucha maña y la absenta pasó a ser una droga prohibida, conocida como la Fée Verte (El hada verde), por sus supuestos efectos alucinógenos. Su ingrediente principal, ya se ha dicho, es la absenta o ajenjo, aunque también puede contener anís, regaliz, hinojo, melisa, menta, enebro…, pero los tres principales ingredientes, la llamada Santísima Trinidad, son la absenta, el anís y el hinojo. A partir de ahí, cada maestrillo tiene su librillo.

Destilería clandestina de absenta

El licor se toma en unas copas muy especiales, abombadas en su base, donde se ubica la absenta propiamente dicha, que es transparente. Después se coloca sobre la boca de la copa una especie de cuchara perforada que contiene un terrón de azúcar y se va echando agua sobre él, en una proporción de 3 a 5 partes de agua por una de absenta, según se prefiera más o menos fuerte. Los azúcares y el agua le dan  a la absenta su característico color lechoso y le sacan los aromas de las distintas plantas, además de matar el amargor  propio del ajenjo.

Clásica copa de absenta, abombada en la base para el licor, y su típica cucharita para filtrar el agua y el azúcar.

Los interesados en conocer esta ruta y esta bebida deben saber que ya es legal de nuevo en Suiza desde 2005, y en Francia, desde 2011. Como queda dicho, el centro/museo principal y mas interesante está en Motiers, justo al lado de la casa donde vivió, voluntariamente exiliado, Rousseau, que tampoco le hacía ascos al licor.

En fin, que el tema queda vivo y habrá que volver a él.

Imagen de portada: Sla del Museo de la Absenta de Motiers.

 

Europa
Francisco López-Seivane el

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