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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

Dormir la siesta repara el sistema inmune

Dormir la siesta repara el sistema inmune
Pilar Quijada el

Además de ponernos de mal humor, una mala noche de sueño deja huella en los sistema inmune y endocrino. Incluso con un sólo día, nuestras defensas y hormonas se desequilibran. Y si la falta de sueño se cronifica, puede pasar factura a nuestra salud. Sin embargo, una siesta de 30 minutos puede revertir el impacto hormonal que supone dormir poco, según un estudio publicado en “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (JCEM), que muestra por primera vez que esa media hora de descanso, en este caso diurno, puede devolver los marcadores inmunológicos y neuroendocrinos a sus niveles normales. Un dato importante porque la falta de sueño es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y la depresión.

El estudio fue realizado con 11 voluntarios varones sanos, de entre 25 y 32 años, que sólo habían dormido un par de horas la noche anterior. Al día siguiente pudieron dormir una siesta de treinta minutos. Los investigadores analizaron la orina y la saliva de los participantes para determinar cómo afectaban la restricción de sueño y la posterior siesta a los niveles hormonales.

Después de una noche de sueño limitado a dos horas, los participantes experimentaron un aumento de 2,5 veces en los niveles de norepinefrina (noradrenalina), una hormona y neurotransmisor involucrado en la respuesta al estrés. La noradrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y azúcar en la sangre. Sin embargo, los investigadores no encontraron alteraciones en los niveles de norepinefrina después de dormir la siesta a pesar de que la noche anterior el sueño estuvo limitado.

La falta de sueño también afectó a los niveles de interleucina-6, una proteína con propiedades antivirales, que se encuentran en la saliva. Los niveles cayeron después de una noche de sueño restringido, pero de nuevo los niveles se restauraron gracias a la siesta. Los cambios sugieren que la siesta puede ser beneficiosa para el sistema inmunológico.

“Dormir la siesta puede ofrecer una manera de contrarrestar los efectos dañinos de la restricción del sueño, ayudando a los sistemas inmunológico y neuroendocrino a recuperarse”, explican los investigadores.  “Los resultados apoyan el desarrollo de estrategias prácticas para abordar los problemas de grupos de personas privados de sueño de forma prolongada, como los horarios nocturnos y los trabajos por turnos.”

 

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