Casi la mitad de la población española tiene hábitos sedentarios, y pasa gran parte del día sentado y sin apenas actividad física, un mal hábito más extendido entre las mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que no alcanzar el umbral de 150 minutos semanales de ejercicio, media hora 5 días a la semana, nos pone en una delicada situación de ‘inactividad física’ que puede traer de la mano muchas patologías, especialmente cerebrovasculares, como resaltaba otro trabajo publicado en The Lancet.
El doctor David Ezpeleta Echávarri, vicepresidente de la Sociedad Sociedad Española de Neurología, explica que la actividad física es beneficiosa tanto para la vascularización cerebral como para aumentar el número de sinapsis. El ejercicio se asocia también a un envejecimiento del cerebro más saludable, capaz de retrasar la aparición de las manifestaciones clínicas de las enfermedades neurodegenerativas.
CADA MOVIMIENTO CUENTA
Caminar a paso ligero, hacer bicicleta estática, bailar, nadar, subir escaleras o incluso las tareas de limpieza doméstica son ejemplos de ejercicios de resistencia, entendido como actividades físicas que se llevan a cabo de forma sostenida, beneficiosos para una buena salud cardio y cerebrovascular.
Lo ideal es dedicar al menos 30 minutos diarios a alguna de estas prácticas. Pero “cada movimiento cuenta” y suma, como dice el lema de la OMS. Para quienes no se atreven con 30 minutos o no disponen de ese tiempo, están los “snacks de ejercicio”. Una forma de integrar la actividad física a la rutina diaria practicándolo en “pequeñas porciones” a lo largo del día.
Un reciente estudio en Circulation, una de las publicaciones más prestigiosas en el campo de la cardiología, avala está práctica: Las ráfagas cortas de unos 12 minutos de ejercicio cardiopulmonar intenso inducen cambios en el 80% de los metabolitos circulantes vinculados a una amplia gama de resultados favorables para la salud.
¿POR QUÉ EL SEDENTARISMO NOS SIENTA TAN MAL?
Herman Pontzer, catedrático de Antropología Evolutiva y Salud Global de la Universidad Duke, sostiene que estamos diseñados para hacer ejercicio físico como herencia de nuestros ancestros cazadores-recolectores.
“Perseguir y cazar animales requiere una marcada actividad física y una estrategia grupal, que a su vez favoreció un cerebro más evolucionado en nuestra especie que demanda más energía”, explica José Luis Trejo, responsable del Grupo de Estilo de vida y cognición del Instituto Cajal-CSIC.
Para encontrar alimento, nuestros antepasados tenían que recorrer una media de 14 kilómetros diarios, en el caso de los hombres, y las mujeres, también muy activas físicamente, unos 12. Esto, en el cuentapasos de nuestros relojes inteligentes, es el equivalente a unos 15.000 pasos diarios en el caso de los hombres y unos 13.000 para las mujeres.
Una situación que contrasta con lo que ocurre en la actualidad. “Estar sentado en un escritorio o frente al televisor durante períodos prolongados está ligado a una menor expectativa de vida”, explica el antropólogo Pontzer en un detallado artículo de divulgación publicado en la revista Scientific American.
FUENTE: SINC. Lee aquí el artículo completo
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