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El cerebro puede viajar en el tiempo

El cerebro puede viajar en el tiempo
Pilar Quijada el

Viajar en el tiempo es posible… Nuestro cerebro lo hace cada día, aunque no exactamente como los personajes del Ministerio del Tiempo, la serie recién estrenada en La 1. ¿Cómo? Volviendo a recuerdos del pasado en los que nos ensimismamos. Parece fácil, pero aunque no le demos importancia, cada vez que recordamos un fragmento de nuestro pasado, el cerebro está haciendo complicados “cambios de vías” en su entramado de neuronas para que demos con la ruta adecuada y podamos revivir una situación que ocurrió hace tiempo, en un momento concreto, con la mayor fidelidad posible, y para que recuperemos los detalles en el orden adecuado. No podemos cambiar el pasado, pero sí aprender para modificar el futuro. Algo parecido a lo que ocurre en la serie. 

Los neurocientíficos llaman “viajes mentales en el tiempo” a la recuperación de memorias tan ricas en detalles relacionados con la hora y lugar de una experiencia original que es casi como viajar a través del tiempo. Y ahora, en un trabajo publicado en el “Journal of Neuroscience”, investigadores de Universidad de Vanderbilt han encontrado la región del cerebro que se activa cuando emprendemos esos viajes mentales, que nos llevan a despertar recuerdos cargados de detalles.

Alta fidelidad

Este tipo de recuerdos en “alta fidelidad” pueden incluir información no solo de imágenes sino también de sonidos, olores o emociones que estaban presentes en el momento de la experiencia. Todos esos datos se quedan vinculados en el tiempo, y podemos acceder a ellos de forma incluso involuntaria, a través de un olor, imagen o sonido parecido al que experimentamos entonces, como describía gráficamente Proust sobre su famosa magdalena. Y es que su obra “En busca del tiempo perdido” no es otra cosa que la narración de esos viajes mentales en el tiempo pasado, o perdido. 

Es muy importante que entendamos lo que las diferentes regiones del cerebro están haciendo cuando estamos buceando en nuestros recuerdos. Enfermedades como el Alzheimer y la epilepsia son devastadoras para la memoria, y esa información puede ayudarnos a desarrollar tratamientos para preservar los recuerdos de los pacientes, e identificar los efectos adversos que las nuevas drogas psicotrópicas pueden tener en la memoria de la gente”, indica el psicólogo Sean Polyn, de la Universidad de Vanderbilt, que ha liderado la investigación.

Los científicos de Vanderbilt han obtenidos nuevas pistas sobre cómo el cerebro procesa estas memorias tan elaboradas mediante el análisis de la actividad cerebral de personas que realizan una tarea de recuerdo. Los investigadores encontraron que pueden utilizar los patrones de actividad en una región específica del cerebro para “leernos el pensamiento” y predecir el orden en el que los participantes recuperan una información que han estudiado recientemente y si recordarán o no con precisión. 

El Ministerio del Tiempo

Se sabe que el lóbulo temporal medial, la zona de la corteza cerebral situada más o menos a la altura de las orejas, juega un papel fundamental a la hora de recuperar recuerdos y viajar en el tiempo, porque las lesiones en esa zona impiden recordar (amnesia) y se asocian en general a problemas relacionados con la memoria. Sin embargo, los neurocientíficos no han sido capaces de averiguar cómo controla el cerebro la fidelidad de una memoria concreta.

Por supuesto, no todos los sucesos se recuerdan igualmente. Los recuerdos en “alta fidelidad”, como los proustianos son en un extremo del espectro. En el otro están los fragmentos de información que una persona recuerda claramente, pero en completo aislamiento, sin ningún detalle de conjunto. Polyn y sus colaboradores han descubierto que la activación de la región posterior del lóbulo temporal medial indica que la persona está experimentando un “viaje mental en el tiempo” y que recordará un número considerables detalles.

Los investigadores probaron su modelo en un experimento con 20 participantes (siete varones y 13 mujeres) de entre 18 y 35 años de edad a los que dieron una lista de 24 nombres de objetos comunes como caballo, barco o ventana. Después de una breve pausa, mientras se sometían a una resonancia magnética, se les pidió que recordaran las palabras en el mismo orden en que las vieron. Y lo que vieron fue que cuando se activaba la región posterior del lóbulo temporal medial, la persona experimentaba una experiencia de “viaje mental en el tiempo”, con un recuerdo en alta fidelidad, y era más probable evocara las palabras en el orden que las había visto en la lista.

Más eficaz que el ordenador

Para lograr esa riqueza de detalles, los recuerdos se almacenan en el cerebro con un código temporal, indican los investigadores. Y en los viajes mentales en el tiempo, el cerebro puede recuperar los recuerdos mediante ese código que previamente ha permitido almacenar los detalles de un mismo suceso próximos unos a otros.

El código temporal actúa algo así como la fecha y hora que los ordenadores ponen en los ficheros. Cuando hacemos una búsqueda de archivos con una fecha concreta, recuperamos todos los archivos guardados en el momento que hemos especificado. La memoria de alta fidelidad de esos “viajes mentales en el tiempo” actúa de la misma manera, a través de un proceso que los psicólogos llaman “restauración”. Sin embargo, en nuestro cerebro este proceso es aún más flexible que el de un ordenador, y el código temporal permite no sólo recuperar los recuerdos de la misma fecha, sino también otros recuerdos cercanos en el tiempo.

Curiosidades
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