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Lo que va de Camboya-1979 a Myanmar-2021 (3)

Emilio de Miguel Calabia el

Ahora me interesa comparar la actitud de ASEAN ante la crisis de Camboya, con su postura en la presente crisis que ha sacudido a Myanmar como consecuencia del golpe de estado que dio el Tatmadaw (el Ejército birmano) el pasado 1 de febrero.

El 1 de febrero el Tatmadaw dio un golpe de estado. La justificación fue el supuesto fraude en las elecciones del 8 de noviembre de 2020, que la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi había ganado abrumadoramente. En las semanas previas al golpe, el Tatmadaw había expresado su descontento con los resultados electorales y con la manera en que las elecciones habían transcurrido y había amenazado vagamente con actuar. No obstante, el fin de semana previo al golpe la tensión parecía haber bajado y nadie se esperaba la asonada que se produjo el día 1.

NNUU fue rápida en reaccionar. El mismo 1 de febrero el Secretario General de NNUU, Antonio Guterres, pidió la liberación de los líderes políticos detenidos y manifestó su preocupación por el golpe. El CSNU se reunió a puerta cerrada el 2 de febrero y la Enviada Especial del Secretario General de NNUU para Myanmar, la Embajadora suiza Christine Schraner Burgener, informó sobre la situación en Myanmar. El 4 de febrero el CSNU emitió una declaración en la que expresó su profunda preocupación por la declaración del estado de emergencia en Myanmar y pidió la liberación de los políticos detenidos. La declaración mostraba su apoyo a la democracia en Myanmar. Asimismo mostró su apoyo a ASEAN. Las declaraciones del CSNU no tienen fuerza vinculante, pero son relevantes en tanto que ponen de manifiesto cuál es la opinión de la comunidad internacional.

Merece la pena comparar la declaración del CSNU del 4 de febrero con la que realizó ASEAN el 1 de febrero. ASEAN, en la suya, recordó los principios de la Carta de la Asociación, que incluyen el respeto de la democracia, el Estado de Derecho, el buen gobierno, los DDHH y las libertades fundamentales. La Asociación animó a la continuación del diálogo (¿entre quiénes, si uno de los potenciales dialogantes estaba detenido?), la reconciliación y el retorno a la normalidad conforme a la voluntad e intereses del pueblo de Myanmar. Ninguna mención a los políticos detenidos.

A lo largo del mes de febrero se fueron sucediendo las condenas y las reacciones internacionales al golpe de estado. EEUU impuso sanciones al general golpista Min Aung Hlaing y a otros altos mandos militares; el Reino Unido y Canadá siguieron pocos días después su ejemplo; la UE impondría su primera ronda de sanciones en marzo. Nueva Zelanda suspendió los contactos de alto nivel y prohibió que los generales birmanos viajasen al país. El Consejo de Derechos Humanos pidió la liberación de los políticos presos y el cese de la violencia contra los civiles. Varias empresas extranjeras consideraron retirarse del país, comenzando por la cervecera japonesa Kirin. Facebook expulsó de su plataforma a los generales birmanos.

¿Y qué hacía ASEAN mientras tanto? Constatar que sus Estados miembros estaban muy divididos sobre el dossier birmano. El 2 de marzo tuvo lugar una reunión informal de los Ministros de AAEE de ASEAN sobre Myanmar. De los 10 puntos del comunicado final sólo los tres últimos se refirieron a Myanmar. En el 8º los Estados miembros de ASEAN expresan su preocupación por la situación en Myanmar y piden a todas las partes que dialoguen y se abstengan de violencias; la declaración olvida en este punto que una de las dos partes está armada hasta los dientes y fue la que empezó todo. La Declaración no pide directamente la liberación de los presos políticos, sino que dice que los Estados miembros han oído algunos llamamientos para la liberación de los presos políticos. Admiro la sutileza del lenguaje diplomático, pero creo que aquí se ha batido algún tipo de récord lingüístico. Finalmente, la Declaración alude a la importancia de mejorar la situación en el Estado Rakhine, pero lo hace en el aire, sin mencionar el contexto en que se debería mejorar esa situación, que es el de un país bajo un régimen militar.

Mientras que ASEAN pasaba de puntillas por el dossier birmano, el CSNU se reunió el 5 de marzo para abordar la cuestión por segunda vez en mes y medio. El resultado de la reunión fue una nueva declaración del Consejo, en la que se condenaba la violencia contra los manifestantes pacíficos, se expresaba la preocupación por las restricciones puestas a la sociedad civil y se pedía la liberación de todos los detenidos arbitrariamente. La declaración reiteraba el apoyo del CSNU a la transición democrática en Myanmar y pedía una solución pacífica por la vía del diálogo y la reconciliación. La declaración echaba, finalmente, un capote a ASEAN, apoyando sus esfuerzos y haciendo referencia a su declaración aguada del 2 de marzo. La declaración es notable porque introduce elementos de crítica a la junta militar y otorga una relevancia importante al papel de ASEAN. Es de resaltar que fuera aprobada a pesar de que China y Rusia tienen posiciones próximas a la junta y consideran lo sucedido como un asunto interno birmano y de que otros dos miembros no-permanentes del CSNU, la India y Vietnam, mostrasen reticencia a ser demasiado duros con los militares birmanos.

A lo largo del mes de marzo la violencia no hizo sino aumentar, a medida que los partidarios de la democracia comenzaban a organizarse para oponerse al Tatmadaw. La presión de la comunidad internacional también aumentó. EEUU suspendió las relaciones comerciales sobre la base del Acuerdo de Comercio e Inversión de 2013. Asimismo, en coordinación con el Reino Unido, congeló los bienes de los dos principales conglomerados controlados por los militares (MEHL y MEC) y prohibió que sus nacionales hicieran negocios con ellos. La UE introdujo prohibiciones de viaje y congelación de activos para 11 altos oficiales envueltos en el golpe. Los jefes de la defensa de 12 países emitieron un comunicado conjunto condenando el uso de fuerza letal contra gente indefensa en un comunicado inhabitual el 28 de marzo; efectivamente, no es nada normal que los jefes de la defensa se pronuncien tan claramente ante una crisis política.

Un día clave en marzo fue el 27 de marzo. Ese día el Tatmadaw celebraba el desfile del Día de las Fuerzas Armadas. El Tatmadaw quería que la celebración fuese una ocasión para mostrar que controlaba el país y exhibir sus apoyos internacionales. Sólo ocho países enviaron representantes al desfile: Rusia, China, India, Pakistán, Bangladesh y tres naciones de ASEAN: Laos, Tailandia y Vietnam. En contraposición, Indonesia, Malasia y Singapur se habían pasado el mes de marzo tratando de buscar una solución a la crisis, dejando traslucir en ocasiones un cierto disgusto con los militares golpistas, algo que es muy poco aseánico.

 

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