Emilio de Miguel Calabia el 21 sep, 2023 (El profesor Chantal con la cara y el ademán de hacerse pajas mentales Chantal afirma que el ascenso de China puede verse como el resultado de una estrategia ideada por sus sucesivos líderes pensando en el largo plazo. Pero también podría verse como un resultado de la crisis de legitimación que afecta al poder norteamericano y a los valores e instituciones liberales que encarnaba. Durante el mandato de Deng Xiaoping, la prioridad era reconstruir el país y su economía tras el marasmo de la Revolución Cultural. Deng formuló la doctrina de mantener un perfil bajo y aguardar a que llegase el momento. Jiang Zemin desarrolló esa fórmula en la siguiente: “construir la confianza, disminuir los problemas, desarrollar la cooperación y evitar la confrontación”. 2008 marcó un punto de inflexión. Los Juegos Olímpicos de Pekín, permitieron mostrar al mundo una China moderna y fuerte. La crisis de 2008, en la que hubo que pedir a la locomotora china que echase una mano para que no zozobrase la economía mundial, fue el momento en el que China se consagró como un gran actor global y comenzó a mostrarse más asertiva tanto en sus relaciones con sus socios como en cuestiones que consideraba claves, como el Mar del Sur de China o las islas Senkaku/Diaoyu. Con Xi Jinping esas tendencias se aceleraron. Los actuales decisores chinos habrían llegado a la conclusión de que una nueva doctrina es necesaria. Tres hechos la impondrían: 1) El declive del poderío norteamericano y la emergencia de nuevas potencias que quieren escapar a su tutela; 2) La agresividad norteamericana, puesta de manifiesto en la guerra de Iraq, que ha perjudicado a su imagen internacional; 3) Las promesas no cumplidas del liberalismo democrático en Occidente y en el mundo, que hacen que regímenes autoritarios de otras partes del mundo sean vistos como socios preferibles a Occidente. Este ultimo hecho encuentro que está mal desarrollado por Chantal. Posiblemente quería referirse a cómo las recetas neoliberales impulsadas por el FMI y el Banco Mundial fallaron y llevaron a la aparición de recetas “heterodoxas”. Chantal ofrece una lectura a lo Bourdieu de los desarrollos anteriores. Los chinos han visto que se les abría un abanico de posibilidades históricas, entendidas éstas como las oportunidades que ofrece un contexto histórico determinado. Los decisores chinos optaron no por el enfrentamiento directo con la Pax Americana, sino por la estrategia indirecta dirigida a debilitar su sistema de alianzas en la región y su posición económica y diplomática en Asia y en el resto del mundo. En suma, de deslegitimar la hegemonía norteamericana. Entretanto, China seguía aumentando su poderío y su prestigio. Una de las posibilidades históricas que se abrió para China fue la crisis de 2008 que dio por tierra el paradigma neoliberal. El ex-presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que había sido uno de sus grandes adalides, reconoció que su fe en la capacidad de autorregulación de los mercados se había visto quebrantada. Un paradigma comienza a ser cuestionado cuando deja de responder a las expectativas que se habían hecho sobre él. A menudo se intenta parchear cuando las primeras anomalías aparecen, pero llega un momento en el que la acumulación de anomalías es tan grande, que se hace preciso un cambio radical de paradigma. Esto es lo que estaría ocurriendo con el modelo norteamericano. Ante la quiebra de ese modelo, China, que está acumulando un importante poder simbólico, ofrece: 1) Crecimiento económico sostenido y a tasas elevadas (el libro es de 2020. No sé lo que Chantal diría si tuviera que reescribirlo en 2023); 2) Proezas tecnológicas; 3) Iniciativas económicas faraónicas (ignoro por qué Chantal lo considera como una baza positiva. Muchas iniciativas económicas faraónicas en el largo plazo se han convertido en elefantes blancos inmanejables); 4) Aproximación pragmática a la cooperación al desarrollo. Etc, etc. EEUU sigue teniendo ventajas en poder duro y blando, pero su poder simbólico creciente otorga a China bazas interesantes. En los últimos años, el denominado “Consenso de Pekín” ha ganado muchos seguidores, justo cuando el Consenso de Washington ha alcanzado sus límites. Irónicamente la expresión “Consenso de Pekín” fue inventada por un occidental, Joshua Cooper Ramo, en 2004. Otros autores, empezando por Stephen Halper, la adoptaron y definieron el modelo chino de maneras diversas: “autoritarismo de mercado”, “capitalismo de Estado”, “capitalismo iliberal”… Los autores chinos han optado por otras expresiones: “modelo chino”, “experiencia china”, “vía china”, “ejemplo chino”… Con Xi Jinping, China ha abandonado sus reticencias a anunciar que posee un modelo alternativo. El modelo iliberal de desarrollo chino ha suscitado el interés de países de ideología socialista y regímenes autoritarios. Chantal dice que los dirigentes de esos países encuentran que se trata de un modelo que se adapta mejor a sus condiciones que el modelo occidental. Lo que no dice es que otra ventaja del modelo es que sólo cuentan los resultados económicos; la democracia y los DDHH no aparecen por ninguna parte. Como dijo ese gran demócrata que fue Robert Mugabe: “China ha logrado desarrollar su economía sin pillar a otros países y el milagro económico chino es efectivamente una fuente de orgullo e inspiración.” Pero los elogios del modelo no se quedan solo en el Sur Global. También tiene sus turiferarios en Occidente. Según la sinóloga francesa Marie-Claire Bergère: “La principal originalidad de tal modelo reside en la disociación que efectúa entre economía de mercado e instituciones democráticas. China (…) ha seguido una reforma que libera ciertos mecanismos de mercado, mientras mantiene un régimen político autoritario. Teniendo que reconocer la eficacia de tal fórmula, Occidente se pregunta por el monopolio de la modernidad que pensaba detentar hasta entonces.” El Premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, afirmó que si la comparación se basaba “en los resultados económicos mundiales, China es evidentemente la mejor y también ha mostrado excelentes capacidades de gestión económica durante la crisis financiera asiática. Desde el punto de vista del crecimiento económico y de la flexibilidad, China ha sido muy impresionante”. Otros temas Tags ChinaConsenso de PekínDeng XiaopingJiang ZeminMarie-Claire BergèrePoder blandopoder duroPoder simbólicoRoromme ChantalStephen HalperXi Jinping Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 21 sep, 2023