Emilio de Miguel Calabia el 15 ago, 2022 (Cosas desagradables como ésta podrían suceder cuando los asirios se cabreaban) Todos los imperios tienen entre sus motivaciones la económica. En la Antigüedad, las ventajas económicas del imperialismo consistían en hacerse con los recursos de la periferia y poder imponerle un tributo. Imperios como el romano eran conscientes de la necesidad de administrar bien las provincias conquistadas para que diesen más tributo. Los asirios, en cambio, iban más a la rapiña. La administración y el desarrollo económico se reservaban a las provincias centrales del imperio. Con la Edad Moderna, la explotación económica de la periferia se volvió más eficaz con instrumentos que no se les hubieran ocurrido a los imperialistas antiguos, como el de imponer cultivos destinados a la exportación. En todo caso, los imperios, ya sean antiguos o modernos, suelen condenar al subdesarrollo a las periferias a las que explotan. En el Antiguo Oriente, antes de la emergencia del imperio asirio, existía una suerte de entendimiento entre egipcios, hititas y mitanios de que los tres estaban a la misma altura y no cabía compararles con el resto de reyes y reyezuelos de la región. Algo parecido ocurría en la Europa Moderna. El lema de la monarquía austriaca podía ser “A Austria le corresponde gobernar todo el Orbe”, pero a la hora de la verdad sabían que había monarquías/imperios que estaban a su nivel y a los que no se podía tratar de cualquier manera y paisitos que estaban allí para que las grandes potencias jugasen con ellos. Aunque ha habido algunos imperios que han sido igual de chulos, el caso de Asiria es peculiar: no reconocían como igual a ninguna otra potencia. A la larga esa actitud altanera y soberbia y esa poca flexibilidad diplomática acabarían contribuyendo a su caída. Las capitales juegan un papel muy importante en los imperios. Son el centro desde el que gobierna el rey. Son el centro del universo y han de reflejar la grandiosidad del imperio del que son cabeza. La capital estaba inicialmente en Asur; posteriormente se trasladó a Nimrud y más tarde a Nínive; ambas estaban al noroeste de Asur. El cambio de capital en un imperio responde generalmente a dos factores, que pueden estar entrelazados: 1) El deseo del rey de hacer tabla rasa con el pasado y crear una ciudad que se lo deba todo a él (por ejemplo, Luís XIV y Versalles); 2) Responder a una nueva orientación geoestratégica del imperio. Cuando Pedro el Grande orientó a Rusia hacia Occidente, trasladó la capital a una ciudad de nueva creación y que estaba en la costa del Mar Báltico, San Petersburgo. En el caso de los asirios, Nínive estaba más próxima a Urartu, a los reinos sucesores de los hititas, a Canaán y al Mediterráneo, que serían para Asiria su principal área de expansión en la etapa más tardía del imperio; 3) Hacer de la capital un microcosmos simbólico del imperio. De ahí el afán de engalanarla con plantas, maderas y motivos procedentes de la periferia imperial. Una cuestión clave para un imperio multiétnico es la decisión de cuál será el lenguaje de la administración. En el caso de los asirios, la asimilación no implicaba la adopción de la lengua asiria. De hecho, el efecto de las deportaciones fue generalizar el uso del arameo, que ya estaba muy extendido en la fachada mediterránea. El arameo, además, utilizaba el alfabeto, mientras que el asirio empleaba la escritura cuneiforme, de escritura compleja y que no se basaba en fonemas simples, sino en sílabas. Los asirios impusieron un sistema por el que los registros se hacían por partida doble, en cuneiforme asirio y en alfabeto arameo, pero en las estelas conmemorativas únicamente se utilizaba el idioma asirio, por un sentido de orgullo étnico y porque sus destinatarios eran los miembros de la élite. A la larga, la mayor simplicidad y la mayor extensión del arameo se acabó imponiendo. A pesar de la lejanía en el tiempo, muchos de los rasgos que caracterizarán a los imperios de los 2.500 años posteriores, ya se encontraban presentes en Asiria. Para mí, la lección a extraer es que la estructura política imperial posee unos rasgos y una lógica propia que ha hecho que sea repetida por distintos pueblos una y otra vez. Historia Tags AsiriosImperialismoMarco LiveraniNínive Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 15 ago, 2022