Emilio de Miguel Calabia el 19 may, 2024 (Militares tailandeses desfilando ante el arco del Triunfo en París) Durante la primera década del siglo XX franceses y británicos se repartieron el mundo. Tras el incidente de Fachoda de 1898 no querían que ninguna querella colonial desencadenase una guerra entre ambos. En 1907 alcanzaron un acuerdo en virtud del cual Francia reconocía los intereses del imperio británico al oeste de la cuenca del Chao Phraya y éste hacía lo mismo con respecto a Francia al este de dicha cuenca. Ambas potencias se comprometían a no anexionarse la cuenca del Chao Phraya y a aceptar la existencia independiente de esa Tailandia truncada. Tras ese acuerdo Francia y el imperio británico se vieron libres para tragarse un poco más de territorio tailandés. El 23 de marzo de 1907 Francia y Tailandia firmaron un acuerdo por el que Tailandia devolvía las provincias del oeste de Camboya que controlaba, Battambang y Siem Reap. Tailandia no contestó esta cesión; era consciente de cuáles eran las relaciones de poder. El 10 de marzo de 1909 Tailandia y el imperio británico firmaron un acuerdo en virtud del cual Tailandia cedía Kelantan, Terengganu, Kedah y Perlis (territorios sobre los que en 1826 los británicos habían reconocido la soberanía de Tailandia. Los tiempos cambian) a los británicos. Se establecía además la necesidad de fijar la frontera entre los territorios británicos y los tailandeses. Es de reseñar que en este acuerdo no se contó para nada con los sultanes malayos concernidos. Además el acuerdo le hizo una higa a las relaciones consuetudinarias que habían tenido los sultanatos afectados entre sí y que ahora quedarían divididos por una frontera internacional. Tras el Tratado de 1909 Tailandia quitó al sultán de Pattani los poderes de los que aún gozaba y sustituyó el sistema de vasallaje inspirado en el modelo tradicional por la integración plena en Tailandia y por la tailandización de sus habitantes. Los tailandeses habían aprendido bien la lección de los occidentales de cómo se controlan los territorios. Los episodios de finales del siglo XIX, especialmente la crisis de 1893, dejaron una profunda herida en la psique tailandesa. Gregory Vincent Raymond en “Thai Military Power: A Culture of Strategic Accomodation” describe el mito nacional que dejaron esas crisis. Ese mito se resume en las siguientes ideas: 1) La diplomacia es superior al poder militar como manera de resolver crisis internacionales. Ello no impide que el estamento militar se coloque por encima del estamento civil. Como en otros Estados semiavanzados que estaban tratando de resistir a Occidente, el Ejército se vio como una instancia de modernización que, además, en su configuración moderna había sido establecida por el idolatrado rey Chulalongkorn; 2) La Monarquía como protectora de la nación. La historiografía tailandesa ha atribuido buena parte del mérito en el mantenimiento de la independencia del país al rey Chulalongkorn; 3) Tailandia se salvó porque supo acomodarse y ser como la hierba, que se inclina en función del viento que sople. Tailandia intercambió territorios por el mantenimiento de su independencia. Su suerte puede compararse a la de Birmania y Vietnam que fueron más inflexibles y perdieron su independencia. Desde el reinado del rey Mongkut Tailandia había comenzado a familiarizarse con los modos occidentales y a adoptarlos. Con el reinado de Chulalongkorn la occidentalización se convirtió en una tarea urgente. Tailandia entendió que para salvaguardar su independencia necesitaba que las potencias occidentales la aceptasen como a una igual y eliminasen las cláusulas humillantes de los Tratados desiguales. La occidentalización abarcó todos los ámbitos: centralización total del reino y sustitución de los últimos reyes locales que quedaban por gobernadores designados por Bangkok; adopción de la ropa occidental; introducción de la novela y uso de temáticas distintas de las tradicionales; aparición de los primeros cómics directamente influidos por los británicos; prohibición de la poligamia; redacción de códigos legislativos a la europea… Hay dos libros que describen muy bien este proceso “Disturbing conventions: Decentering Thai Literary Cultures” por vvaa y “The Ambigous Allure of the West: Traces of the Colonial in Thailand” por vvaa. La oportunidad de ponerse a la par con Occidente, ser aceptado por éste y liberarse finalmente de los Tratados desiguales, llegó con la I Guerra Mundial. En sus primeros compases, Tailandia declaró su neutralidad. Al igual que ocurrió en España, las élites no se ponían de acuerdo con qué bando seguir y en la duda la neutralidad parecía la opción más prudente. El rey Vajiravudh, su Ministro de AAEE Devawongse Varopakarn y el principal asesor militar del rey, Chakrabongse Bhuvanad eran pro-británicos, pero había nobles influyentes que defendían la causa alemana. En 1917 el rey Vajiravudh se impuso frente a las voces que reclamaban prudencia y se unió en la guerra a las potencias aliadas. Gran Bretaña le había estado presionando en ese sentido y la incorporación de EEUU a la guerra, terminó de decidirle; cada vez resultaba más claro que Alemania no ganaría la guerra. Vajiravudh era consciente de que participar en la Guerra elevaría la estatura internacional de Tailandia y seguramente llevaría a la abrogación de los Tratados desiguales. También existía la perspectiva de expulsar a los alemanes de la economía tailandesa y apropiarse de sus propiedades. Tailandia decidió dar un paso más y enviar una fuerza expedicionaria. La modesta fuerza consistió en un cuerpo de pilotos y mecánicos de aviación de 414 hombres y un cuerpo motorizado de 870 hombres que incluía conductores, mecánicos y personal médico. La fuerza, obviamente, era simbólica, pero permitiría demostrar al mundo la modernidad de Tailandia y cuando llegase la paz sentarse dos palmos mas cerca del centro de la mesa negociadora. A este respecto Tailandia participó en la Conferencia de Versalles como “país con intereses limitados”. Tailandia no pedía nada más que esa modesta consideración. Después de haber recibido entrenamiento, los tailandeses llegaron al frente en octubre de 1918. Desde el primer momento las relaciones con los franceses fueron malas. A la barrera idiomática y cultural se sumaba el racismo de los oficiales franceses que les trataban como si fueran súbditos de sus colonias en Indochina. La firma del armisticio el 11 de noviembre de 1918 quitó hierro a la situación. Las autoridades francesas, que no olvidaban que sus posesiones indochinas tenían una larga frontera con Tailandia, decidieron darles la pequeña satisfacción de permitir que su cuerpo motorizado entrase en Alemania siguiendo a las tropas francesas. ¡Tailandia por ocho meses fue una potencia ocupante de la vencida Alemania! Tailandia sacó importantes réditos de su magra participación en la I Guerra Mundial: se realzó su imagen internacional, comenzó el proceso de abrogación de los Tratados desiguales, empezando por el que tenía con Alemania, y se convirtió en miembro fundador de la Liga de Naciones, que le proporcionó su primera experiencia de diplomacia multilateral. 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