Ludmila Vinogradoff el 29 jun, 2014 El apagón del viernes 27 de junio, que empezó a las 14:00 y terminó a las 17:00 horas, justo al finalizar la jornada laboral y de la semana, puso a prueba la capacidad de movilización que tienen los trabajadores venezolanos cuando sus medios de transporte colectivos colapsan por una falla eléctrica que es comparable a cuando se corta el suministro de combustible en las estaciones de gasolina. <iframe width=”420″ height=”315″ src=”//www.youtube.com/embed/UykYMpotoF0″ frameborder=”0″ allowfullscreen></iframe> La paralización de la energÃa eléctrica, que esta vez afectó a más de 16 de los 23 estados del paÃs, no ha podido ser más inoportuna pues se trataba de un fin de semana cuando los trabajadores regresan a sus hogares usando las rutas interurbanas que se vieron colapsadas por el exceso de pasajeros de a pie. Caracas tenÃa el privilegio de no sufrir apagones de luz porque el difunto Hugo Chávez querÃa que la capital no se viera afectada por el déficit de la energÃa. Al comandante no le importaba que el resto del paÃs, el 95% de los venezolanos, tuviera que vivir con la luz racionada y unos cortes de electricidad que dañan los equipos sin que nadie se haga cargo de su reparación. En anteriores apagones el gobierno culpaba al imperio de los EEUU o a las iguanas u otros animales rastreros que se comÃan los cables de las estaciones de electricidad. Sin embargo, nunca se comprobó la culpabilidad de estos animalitos. Esta vez,  el presidente Nicolás  Maduro culpa a un fuerte  ventarrón que ha tumbado  las torres que sostenÃan los cables de la red del sistema eléctrico nacional. Eso fue en el interior del paÃs,  pero en el Metro de Caracas que transporta diariamente cerca de dos millones de pasajeros tuvo que cerrar sus puertas y dejar en la calle a su clientela. En la estación principal de ChacaÃto los usuarios del subterráneo salieron a la calle y era tal el volumen de gente que parecÃa una marcha o una manifestación,  de las que convoca la oposición para protestar contra el gobierno. Dentro de los vagones del Metro los pasajeros descargan su furia contra las autoridades y especialmente contra  Maduro cuando son pillados al interior de la oscuridad y no hay nadie que les informe del incidente por el que se ven obligados a permanecer a ciegas en el subterráneo y no ven luz al final del túnel porque la esperanza no intenta salir de esa contingencia durante horas. polÃticaSociedad Tags falla electricaMetro de Caracasnicolás madurooscuridadracionamiento electrico. Comentarios Ludmila Vinogradoff el 29 jun, 2014